30 de abril de 2010

Caridad

Acabo de unirme a un grupo en FB que se llama "Por el corazón de Álvaro". ¿De qué se trata? Resulta que este chavo, a quien no conozco en persona pero que está a un grado de separación gracias a mi primo y a la novia de mi mejor amigo, necesita un transplante de corazón y para poder hacérselo la familia debe pagar la estúpida, aberrante y escandalosa cantidad de 700 mil dólares. (¿Eso cuesta una vida?).



Como la familia no tiene el dinero, desde hace un rato están armando varios eventos para recaudar fondos. Al parecer la respuesta de la gente ha sido fenomenal y ya tienen 250 mil o más. Ahora veo la página y veo a la gente que lo conoce, moviendo cielo mar y tierra para vender boletos, conseguir quien done esto y lo otro y no puedo más que pensar en la grandeza del ser humano que, cuando se une en la tragedia, puede lograr cosas increíbles.

Pero a la vez que me maravillo no puedo dejar de pensar en la situación del mexicano, de nuestra sociedad que, por un lado, puede salvar la vida de un chavo de 21 años, pero, por el otro, está destrozada por la zozobra y por la violencia. ¿Dónde queda la unión? ¿Dónde queda el deseo de hacer el bien?

Estoy seguro de que si todos nos uniéramos a una causa común, como un pequeño grupo se ha unido a la de Álvaro de la Peza, nuestra vida sería infinitamente distinta.

29 de abril de 2010

¡Qué gringo tan cajeto!



Este mero que escribe estaba el domingo pasado en un evento de nombre sound:check XPO, que se llevó a cabo en el WTC de la Ciudad de México. Fue a ver a una amiga que cantó con la Big Band Jazz de México, que por cierto está cañona (tanto la Big Band como la amiga, cuya agrupación se llama Beaujean Project).

El caso es que, una vez terminado el concierto, mientras esperaba a que la firma de autógrafos terminara, vi que un güerito cuyos brazos estaban tatuados rondaba el templete. De pronto me encontré solo en una silla porque mi amiga y su mamá (con quien esperé durante la firma) se habían ido al baño. Y el güerito, que era gringuito, seguía por ahí, platicando con la también cantante hermana de mi amiga.

Luego regresaron del baño y nos acercamos. El gringo se puso a hablar con la mamá y como ella no entendía inglés le entré a la conversación y se lo quité de encima.

- So, what are you doing in Mexico?
- Oh, I'm that... (señala un pendón enorme que colgaba del techo del salón).

El pendón tenía su foto y decía, en letras gigantes: Dean Butterworth. Hice cara de "me quedé en las mismas" pero algo decía la mantota de una batería así que ya no le pregunté más, pues estábamos en un evento de música y algo me imaginé...

- Ok, and what do you do in the US?
- I have a band, it's called Good Charlotte, it's cool, we actually have lots of fans down here.
- Oh, yeah, I don´t recall any song but I do recall the name though...

Para no hacerle el cuento largo, lector, cuando salimos le pregunté a mi amiga qué onda con Good Charlotte y me dijo que era un grupo famoso. Luego, tarde en mi casa, me di a la tarea de utilizar internet para saber más. Resulta que efectivamente son bastante conocidos, sobre todo entre la "chaviza"; tienen cinco discos y han ganado varios premios internacionales.

Entonces pensé: vaya que necesito adentrarme en la cultura popular... o tal vez no.

28 de abril de 2010

Los Bitels

Es muy probable que usted lector, sea fan de los Beatles. Lo digo porque conozco a muy poca gente que no lo es. Me ahorraré la opinión sobre este grupo porque ya han intentado crucificarme por expresarme libremente (o por andar de hocicón, como usted lo quiera ver) y no quiero que se enoje conmigo. O bueno, tal vez tantito, por eso le dejo este link con una versión algo distinta de She Loves You, sólo dele clic al botón de play.

Ah, y si usted no es muy fan de esta agrupación o, como otros que conozco, piensa que no es nada del otro mundo, seguro que se ríe.



Los Xochimilcas - Ella Te Ama (Chi los yu-ye)

27 de abril de 2010

Perros

Uno de los significados de la palabra "perro" que se pueden leer en la RAE es "muy malo, indigno". Le comento esto, lector, porque hace poco tuve la mala suerte de presenciar un video de unos muchachillos (definitivamente enfermitos de la cabeza) que se la pasaron bomba apaleando a un perro.

He de confesar que no soy muy fan de estos animales, pero no me gusta ver cómo los maltratan, ni a los perros ni a ningún otro. A veces es difícil comprender el por qué de algunas acciones humanas, como la de estos cabroncillos, cuyo padre puede ser un alcohólico y su madre una desentendida, para historias pueden tener muchas, el caso es que lo que hicieron, con premeditación, alevosía y ventaja, merece que se les llame como lo que son, unos perros.

De hecho hay un grupo en Facebook donde alguien que busca revancha escribió las supuestas direcciones de los agresores, por si alguien les quiere ir a patear las bolas (si es que tienen) y darles una sopa de su propio chocolate.

Las imágenes son fuertes, proceda con precaución.

Por cierto, concuerdo con el comentario que hace el presentador, al que se le nota que echó la comida pesada antes de grabar, porque se avienta un par de eructos por ahí del segundo 30 que bueno...

26 de abril de 2010

Filosofía narcótica


Ahora que los narcos están de moda y la violencia en el país (México) es el pan nuestro de cada día (por cierto que pan tan pinche) vale la pena rescatar lo que un conocido me dijo sobre la posición que deberían adoptar los consumidores de sustancias, pues si sus cabezas estuvieran lo suficientemente lúcidas para comprender esta filosofía (y vaya que es sencilla), sin duda el problema sería menor.

Dice este consumidor (otrora asiduo, eh) que desde hace tiempo dejó de introducir "cosas" a su organismo porque simple y sencillamente no le parece justo que debido a su afición por éstas exista un clima de violencia. Ése es su granito de arena. Simple, ¿no, lector?

Él comprende que, de forma indirecta, todo lo que consume se convierte en un balazo, una ejecución o un lo que sea que no esté bien para la sociedad y que tiene que ver con lo que los cárteles hacen.

Por eso si es usted un cliente de dichas organizaciones (sí, su dealer local cuenta), vale la pena que deje la verde, la blanca y/o la multicolor para tratar de generar un cambio, porque tarde o temprano el narco lo va a afectar, si no le destruye las neuronas con sus productos, lo puede hacer con un poco de plomo.

23 de abril de 2010

El hoyo Azteca



Esta entrada es para el lector futbolero, deportista (que no necesariamente practica pero que por lo menos ve), el que disfruta de una buena transmisión de su disciplina favorita y el que rechaza la basura que nos ofrecen, por lo general, los medios mexicanos, especialmente las televisoras.

La realidad es que, por más aberrantes que puedan ser algunos personajes de Televisa, la experiencia manda, y el orden también, así que en esta ocasión los dejaré en paz (excepto al Perro Bermudez: te aborrezco, imitador) y me centraré en TV Azteca, cuya área de deportes hemos visto derrumbarse desde la salida de José Ramón Fernández y que hoy, según un reportaje de Proceso, vive la peor crisis de la historia: despidos injustificados, fallas en las producciones, faltas de respeto al televidente, guerra interna... todo esto se traduce en la mierda (pardon my french) que vemos cuando sintonizamos su señal.

Una de las personas que fue despedida y que decidió hablar del tema con Proceso ejemplifica con claridad por qué no deberíamos sintonizar las transmisiones deportivas de la televisora del Ajusco:

Según Odín Ciani, son tres grupos: “los mercenarios, que ganan mucho dinero y no se van a quejar de nada; los que no deberían estar, porque no saben de deportes; y los que aman su trabajo y quisieran que esto cambiara. A Azteca le conviene tener a tontitos, títeres que no cuestionen. En las transmisiones ahora todo es burla: un comentarista sólo dice chistes y ni se le entiende; otro se la vive burlándose de los jugadores, y el otro fue un gran futbolista, pero se le olvidó que estuvo en la cancha. Son una falta de respeto al televidente sus albures, las mofas, pero como no pueden hacer un análisis serio, y no se pueden acercar a los jugadores porque los odian, recurren a eso”.

No hay más que decir.

22 de abril de 2010

Dale la vuelta al insulto

El vocabulario del mexicano es vasto en palabras que denotan agresividad, enojo, insulto o cualquier tipo de humillación al hermano del maíz, lo cual, querido y malhablado lector (no se haga), no necesariamente es malo, pues hay gente que se merece tales palabras.

Sin embargo, hay algunas groserías que tienen significados utilizables en una conversación normal. He aquí el recuento de unas tantas. A ver si es usted capaz de aplicarlas en el sentido que usualmente no les da.

Pendejo: pelo que nace en el pubis y en las ingles.
Pinche: persona que presta servicios auxiliares en la cocina.
Estúpido: necio.
Culero: especie de bolsa de lienzo que se pone a los niños en la parte posterior, para su limpieza.
Cabrón: macho de la cabra.
Imbécil: flaco, débil.
Tarado: alocado.

21 de abril de 2010

Cuajimalpa Facts

Cuajimalpa de Morelos, espléndida joya delegacional de la Ciudad de México, se encuentra al poniente de esta gran urbe y está formada por cuatro pueblos, llenos de folclor, y 41 barrios, también llenos de folclor.

En los últimos diez años, Cuajimalpa ha crecido sin control y, gracias a las administraciones perredistas, su territorio es un verdadero congal de microbuseros, vendedores ambulantes, puestos callejeros, talleres mecánicos y pueblerinos desconsiderados, por no mencionar a los policías ineptos.

En este lugar pasan cosas muy particulares:

1. La gente camina en la calle y no en la banqueta, es algo muy común, todos son valientes (o de hule).
2. Muchas de las tienditas (misceláneas) generalmente no están surtidas. Si encuentras papitas será un logro.
3. La mayoría de la gente se conoce, así, los policías condonan multas porque ella era hija de no sé quien y bla, bla, bla.
4. Cuando hay procesiones los habitantes no pueden entrar a sus casas.
5. Los estudiantes del Bachilleres juegan a lanzarse una bola de americano de lado a lado de la calle cuando hay tráfico.

Y seguiré en busca de más Cuajimalpa Facts.

20 de abril de 2010

Las Aparicio



Ayer, en un acto de total irresponsabilidad, la gente de Excelsior puso un anuncio de media página en la portada del periódico anunciando la nueva serie de Cadena 3, Las Aparicio. Sí, me parece detestable porque hay noticias mucho más importantes en este país que el estreno de un programa de televisión. Me parece poco ético. Además, en la noche, justo antes del estreno, Pedro Ferriz de Con dedicó los últimos minutos del noticiero que conduce a una nota relacionada con el programa. Pero bueno, todo quedó en familia...

Además, la onda era hablar de la serie que, a mi parecer, empezó un poco floja, pero el primer capítulo definitivamente debió haber dejado al espectador con ganas de más. La vida de unas mujeres malditas por la viudez, la prostitución de hombres, el lesbianismo, el poder, la venganza, son elementos interesantes para una historia en México. Vale la pena recordarle, lector, que esta es una producción de Argos, los mismísimos creadores de la exitosísima Mirada de Mujer (telenovela de TV Azteca, cuando TV Azteca hacía cosas buenas).

En fin, todo indica que la serie mejorará con el paso del tiempo y, al final, lo rescatable es que haya nuevas propuestas para los que estamos del otro lado de la pantalla. Por lo pronto sigo siendo fan de Bienes Raíces, la serie de Canal 11, protagonizada por Gabriela de la Garza, quien también se adjudicó un papel principal en Las Aparicio.

19 de abril de 2010

Té de amor


Algunos taxistas suelen ser aburridos y jetones, pero otros tantos, como el que les tocó a unos amigos, son tan parlanchines que a veces cuentan su vida o, en este caso, sus peores vicios.

Resulta que el señor tuvo algún problema con su esposa, la verdad es que no recuerdo bien si se murió o tronaron o lo dejó. Entonces el hombre del volante decidió que debía conseguirse una novia. A sus 50 años, su sex appeal no era muy digno que digamos, por lo que recurrió al famosísimo toloache.

Ha de saber, culto lector, que el toloache es una planta originaria de América de Sur y, en la cultura popular, es conocida por sus propiedades "enamorativas". Así, un tecito de toloache, administrado a conciencia, puede hacer que la persona amada se quede con usted para toda la vida.

El señor don taxista, repito, a sus 50 años, encontró la felicidad (con la ayuda del toloache) en la persona de una mujercita de 14 años que, al parecer, aún retoza en su cama. Bien dicen que para el amor, inducido o no, no hay edad.

15 de abril de 2010

Relación laboral

Suele ser de dominio público, por lo menos para los Godínez que refunden sus traseros en una oficina todos los días, que el contacto entre personas de deiferentes empresas, si no se conocen (y aunque sí) debe ser cordial y seguir un cierto protocolo.

"Buenas tardes", "saludos cordiales", "quedo de usted", "agradezco de antemano", etc. son frases trilladas que podemos encontrar en la correspondencia electrónica de ambas partes, pero que son infalibles y hasta necesarias (por aquello de no herir susceptibilidades).

Lo pongo al tanto, lector. En la editorial donde trabajo hacía falta la imagen de un cliente para publicarla en uno de nuestros bookazines, por lo que la diseñadora le envió un correo a la persona encargada para que solucionara el problema. En un primer momento, esta persona dijo que todo estaba bien. La diseñadora vio que no y volvió a mandarle un correo diciéndole que revisara todo. La persona lo hizo, se dio cuenta de su error y contestó, vía mail, de la siguiente forma:



Luego hablamos a la empresa, pedimos con el director general, le comunicamos la falta de "tacto" que tenía esta mujer para llevar las relciones públicas de su área y, acto seguido, la despidieron sin liquidación.

No es cierto, la verdad es que sólo nos dio mucha risa. ¡Aún hay gente feliz y despreocupada en este mundo!

14 de abril de 2010

Respuesta perfecta

Vivir en una ciudad como el Distrito Federal es sinónimo de diversidad. Algunos la notan y otros la hacen notar. Tal es el caso de ciertos grupos religiosos, uno en particular, al cual llamaré, por ponerle un nombre random y así salvaguardar su integridad, "Testigos de Jehová".

Esta organización es internacional, sí, pero a mi no me ha tocado verlos en ninguna otra parte del mundo, y son conocidos porque "predican de casa en casa", o sea, tratan de convertir a quien se les ponga enfrente. ¿Tiene algo de malo? Pues en esencia no, pues hacer su luchita no les quita nada.

El problema es cuando son las 7 de la mañana de un domingo muy crudeable y, justo cuando el sueño está reparando cada fibra del cuerpo, suena el interfón unos cuantos chingos de veces. ¡Eso es malo! Muy malo... O cuando a la hora de la comida la plática está sabrosa y suena el interfón unos cuantos chingos de veces... O cuando uno está disfrutando del placer de la porcelana y el interfón suena...

El asunto es que no se puede saber si el timbrazo es para algo importante o para tratar de convencerte de no sé qué cosas. Lo peor es que esta gente no lleva un registro de quienes les dicen que no, lo cual deriva en que toquen a la casa en repetidas ocasiones a lo largo de un periodo incalculable.

Pero un conocido tuvo la respuesta perfecta, o sea the ultimate Jehová Witness repeler.

Domingo, 8 PM
(Suena el timbre del interfón)
La persona en cuestión se levanta de la cama, amodorrada y nefasteada porque han interrumpido su sueño.

- ¿Quién?
- Hola, venimos a traerle un mensaje del Señor.

La persona en cuestión se da cuenta de que son estos jijos que están haciendo su luchita por tercera vez en un mes.

- ¡Ah chingá! ¿Cuál señor? - contesta fingiendo sorpresa.

Al otro lado de la bocina se escucha un murmullo, nadie dice nada y no vuelven a tocar su timbre, jamás.


13 de abril de 2010

Infórmamesta, Yuri


Hace unos días, éste que está detrás del teclado (o arriba, o enfrente, o como lo quiera ver, lector), leyó un "tuit" (de Twitter) de Yuriria Sierra, una periodista, o comunicadora, o presentadora o persona que sale en la tele dando las noticias y emitiendo comentarios personales a diestra y siniestra, que decía que Twitter es para informar y que si no se usa para dicha actividad, entonces está mal.

Como ya lo sabemos, nadie es dueño de la verdad, y podemos molestarnos, alegrarnos, discutir, cuestionar, ser grillos, participar o limitarnos a observar, pero tal vez no sea lo mejor emitir opiniones tan tajantes sobre ciertos temas, pues eso nos convierte en personas arrogantes (¡y yo he sido arrogante!). De ahí que ante todo ponga "ésta es mi humilde opinión" o "yo creo que tal".

Volviendo a Yuriria Sierra, integrante del equipo de Cadena 3 Noticias, me parece incorrecta su apreciación porque el Twitter, como el Facebook y demás redes sociales, están para que la gente se exprese, de forma correcta o incorrecta, diplomática o no, estúpida o inteligente, etc. Además, debo confesar que ella me cae muy mal, muy mal (sí, eso ya es personal y sin objetividad).

A continuación le dejo un video que dura nueve minutos, le pido que se atormente (no es que lo considere masoquista) con los primeros 30 segundos, sólo para que entienda el por qué de mi reticencia hacia esta mujer.

Y le propongo a "Yuri" que utilice el Twitter para informarme la respuesta de una pregunta (misma que formularé apelando a la clásica del huevo y la gallina): ¿quién fue primero, Adela Micha o Yuriria Sierra?

12 de abril de 2010

Chascarrillo policiaco

Circulaba su servidor en el periférico y decidió tomar la salida de San Jerónimo. Justo después de incorporarse a la lateral hay un semáforo y un policía de tránsito lo "resguarda". Ya había notado que los polis de tránsito utilizan unos aparatos muy modernos. En la mano una especie de PDA gigante y, amarrado al cinto, una especie de terminal bancaria portátil.

Como no quería quedarme con la duda (tenía el alto) llamé al oficial en cuestión. Se notaba alegre, al parecer uno de los pocos que disfruta su trabajo.

- Buenas tardes, oficial - le dije con tono amable.
- Buena, joven- contestó de igual forma.
- Oiga, una pregunta, ¿qué es esa cosa que trae ahí?

El oficial, con un tono de voz harto divertido y ciertamente gañán, dijo:

- Tsaaa, pos lo ando vendiendoooo...

Tuve que reirme, la verdad fue una muy buena puntada.

Después me explicó que era lo nuevo en multas, pues como había muchas fugas cuando utilizaban sus libretillas de papel, el gobierno decidió que era mejor darles estos aparatos, (cito al tránsito) "tal como los gringos tienen". Así, en la PDA gigante escriben la multa y en la terminal bancaria sale el ticket.

En eso estaba el poli cuando se puso el siga.

- Gracias oficial, que tenga buena tarde.
- Igualmente joven, contestó con una sonrisa.

9 de abril de 2010

Sopor... o no

Hoy The Warbrum, o sea yo merolas, descansa. ¿Por qué? Porque las desveladas matan a cualquiera cuando al día siguiente le espera un trabajal. Por eso no hay que trabajar (pero si no queda de otra...). Porque mi abuela es un amor y me preparó enchiladas de mole para desayunar, pero no contaba con la fragilidad de mi estómago. Y finalmente, pero no menos importante, me embarga cierta felicidad que, por el momento, me ha cortado la inspiración, aunque seguramente en un futuro la devolverá.

Nos leemos el lunes.

8 de abril de 2010

Aplicaciónes FB

Seguramente ya lo sabe, estimadísimo lector, pero si no, ahí le va: existe una cosa que se llama Facebook. Y en este Facebook, cualquier individuo puede subir fotos, actualizar su estado (escribir cómo se siente, si le duele el pie o tronó con su pareja, etc.), comentar en los estados y las fotos de los demás, crear y difundir eventos (sociales, culturales, sin importancia) y, lo mejor de lo mejor, puede acceder aun sin fin de aplicaciones.

En particular hay dos tipos de aplicaciones que me molestan: las que son juegos de "armar", tener una pecera y juntar peces, duh, tener un granja y juntar animales o tener un restaurante y armarlo, todo interactuando con algún compinche que también haya instalado esta aplicación; y las de preguntitas, respuestitas y frasesitas.

Me detendré en esta aberración. Acabo de ver que algunos de mis contactos instalaron una que se llama "La popó siempre tiene la razón". Además de que atenta contra los helados de Nutrisa (deliciosos), por la forma de su personaje, la"popó", es escatológico, falto de imaginación, desagradable y vulgar, por no mencionar que aporta un carajo en cualquier sentido.

Así es, lector, ya imagino la cara que puso al enterarse de semejante estupidez (sin herir susceptibilidades de aquellos que gustan de usar estupideces). Pero qué importa, si la cuestión es divertirse, aunque la reputación del intelecto y las capacidades vaya de por medio.


7 de abril de 2010

Cultura vial

Estimado lector, hoy se vio en una calle de la Ciudad de México algo sin precedentes. Resulta que esta vía es muy transitada y harto conflictiva porque de cuatro carriles que existen se hacen dos para incorporarse a Constituyentes, una avenida que un día está atascada y el otro también.

Muchos, como buenos mexicanos, respetuosos de la cultura vial, no hacen fila e intentan clavarse hasta el principio (para ahorrarse unos minutitos), lo cual provoca un tráfico "marca llorarás". El caso es que hoy, antes de que uno pudiera hacerlo, un policía que resguardaba el orden lo interceptó y le dijo que no podía meterse. ¿Que qué? Como lo lee.

El citadino, macuarro por naturaleza, bajó la ventana e intentó ponerse bronco, pero el "poli", con tranquilidad, le hizo la seña con el dedo y reforzó con un rotundo "no, hágase para atrás". Y lo regresó varios metros.

Yo, al ver esto, fui muy feliz, y pensé que tal vez estamos encontrando la forma de educar a quienes no quieren ser educados.

5 de abril de 2010

Me dicen "El Elegante"

Esta es la historia de un sábado en la madrugada.

Después de un Acapulco en la azotea, el segundo de la bendita Semana Santa, un amigo, a quien nombraré M por motivos de discreción, y yo, dejamos la casa de otro amigo, a quien nombraré A. He de mencionar que M estaba lo suficientemente tomado como para insistir en que fuéramos por unos tacos. Yo tenía mucho sueño, pero, por qué no, cedí.

Eran las 5:30 de la mañana, las calles de la ciudad estaban desiertas y, como era de esperarse, las taquerías tenían las cortinas abajo; sin embargo, recorrimos la zona y encontramos un puesto callejero, de aspecto desagradable, pero abierto. El taquero, de cuyo nombre, Juan, nos enteramos después, parecía no haberse dado cuenta de la hora. Le pedimos tres y tres. Sabían a grasa con grasa y salsa verde, no a suadero.

Mientras degustábamos este manjar, nos dimos cuenta de que, en uno de los extremos del puesto, un hombre de cabello largo, que usaba un chaleco de construcción anaranjado, conversaba con otro, de cabello corto y sin chaleco de construcción anaranjado. Hablaba de sus días en la cárcel y de cómo le había "partido la madre" a muchos en su haber.

El tipo se notaba peligroso. Su apariencia, callejera; sus ojos, inyectados; su piel, quemada y correosa. Cuando el acompañante de éste se fue, le pareció una buena idea entablar conversación con M y conmigo. Se acercó mientras contaba la historia de cómo golpeó a unos que trataron de asaltar a Juan, el taquero, a quien no dejaba de alabar y llamarlo "padre", aunque en realidad no lo era.

Juan sólo le daba el avión; se notaba cansado de que el tipo le preguntara "¿verdá que sí?" para justificar sus historias. Se acercó a nosotros y comenzó a darnos clases de cómo pegarle en la cara a los contrincantes. Olía a vinagre, tierra y cebolla.

No recuerdo cuánto tiempo estuvimos allí, escuchando su léxico vulgar y entrecortado, con miedo a las represalias que pudiera tener si nos mostrábamos elitistas. Tampoco recuerdo qué tanto más nos dijo, pero sí que su tono se tornó violento, por lo que el taquero tuvo que tranquilizarlo.

Finalmente, pagamos con el alivio que da la libertad. Cuando nos despedimos, el tipo tomó a M del brazo y dijo que si nos podía pedir un favor. El temor volvió a invadirme. Preguntó si le podíamos dar un aventón. Por supuesto que no quería subirlo a mi coche, pero como nos había visto bajar del auto no tuvimos pretexto para evadirlo.

Le pregunté a dónde iba y dijo que a unas cuadras. Subió al coche y su olor lo impregnó todo en segundos. Nos dijo que era cuidador de coches callejero y que era famoso en la zona. "Me dicen El Elegante porque traigo mis joyas". Nos mostró unas cadenas y unas pulseras, todos los dedos de sus manos portaban por lo menos un anillo plateado.

Luego empezó a decirnos que nosotros éramos sus hermanos y que él podría resolver cualquier cualquier cosa que necesitáramos en la cárcel, si un día nos entambaban. Llegamos a su parada y le dije que tenía prisa. Abrió la puerta y la dejó así mientras decía no sé qué cosas; sacó una pierna, sacó la otra, seguía hablando, y ahora lloraba y se disculpaba por ello; sacó la mitad del cuerpo y, antes de salirse por completo, volvió a decir que éramos sus hermanos.

Nos dio la mano y dijo que teníamos que decidir cómo se iba a llamar nuestro "grupo de hermanos". M y yo nos miramos estupefactos. Le dijimos que no sabíamos, que decidiera él. Sus ojos se veían más brillosos, su rostro expresaba alegría. "¡La Gran Calidad!", dijo. Después nos urgió a visitarlo al día siguiente y nos dijo que no le falláramos.

Espero que no se acuerde de mí, ni de M, ni de mi auto, ni de "La Gran Calidad", porque si sí, el temor que sentí la madrugada de ese viernes se convertirá, sin duda alguna, en terror.

Pura calidad


El metro de la Ciudad de México es fascinante. Un viaje por algunas estaciones no sólo permite apreciar la variedad de personalidades, estilos y gustos que conviven en una metrópolis como ésta, sino que, además, provee al usuario de cientos de opciones para pasar un buen día de compras.

Quizá ésta sea una de las experiencias más increíbles, pues no es necesario ir a un centro comercial y recorrer, con toda la flojera que esto implica, las decenas de tiendas que ahí existen. No, la magia es que, mientras uno recorre un trayecto que es necesario hacer, las tiendas van al consumidor.

Así, cualquier usuario puede acceder a gran variedad de artículos como paquetes miniatura de Kleenex (pañuelos desechables), chocolates, paletas, artículos de tocador, discos (recopilaciones musicales de distintos géneros), linternas que cambian de color, plumas (que no sólo sirven para escribir sino que son decorativas), relojes (que no sólo sirven para ver la hora sino que incluyen luces y un caramelo macizo) y hasta alimentos como alegrías y cuadritos de amaranto.

Todo en un solo lugar y, generalmente, a un mismo precio: 10 pesos. Usted podrá pensar, querido lector, que por ser comercio ambulante los productos son de mala calidad, pero para la sorpresa de muchos, quienes se dedican a esta actividad lucrativa no sólo lo hacen con gran habilidad y labia para las ventas, sino que garantizan la calidad de sus artículos.

En otras palabras, si usted no está conforme con los estándares de producción, puede regresar a reclamar y, con toda seguridad, le cambiarán lo que haya adquirido. Eso, claro está, si puede encontrar a la persona que se lo vendió.