13 de enero de 2010

Preguntas

Evidentemente ya estará enterado, querido lector, de lo que sucedió en Haití, y si no lo sabe, déjeme decirle que me parece lamentable su posición de ignorancia internacional. Aun así le cuento: un terremoto arrasó con el país, cientos de construcciones se vinieron abajo (incluidos el Palacio de Gobierno y la Catedral) y aunque hasta este momento no hay una cifra real de muertos, se calcula que son miles y miles.

En contexto. Haití forma parte de la isla La Española, misma que comparte con República Dominicana. Tiene una extensión de 27.750 kilómetros cuadrados y su capital es Puerto Príncipe. Fue una colonia francesa y el segundo país de América en declararse independiente (después de Estados Unidos) en 1804. Los haitianos hablan francés y criollo haitiano, su moneda es el gourde, en 2008 su población contaba a poco más de 9 millones de personas y su dominio de internet es .ht. Le digo todo esto por si no lo sabía...

Y bien, vino la tragedia, una que el mundo conoció en pocas horas gracias a los avances tecnológicos en cuanto a telecomunicaciones se refiere. Hoy, los mensajes de apoyo de muchas naciones del mundo, en todos los continentes no se hicieron esperar. Haití no está solo. Pero me pregunto:

- ¿Siempre hay que esperar la tragedia para demostrar el calor humano?
- ¿Por qué no se había ayudado a Haití nunca, si es el país más pobre Latinoamérica?
- Hoy todo el mundo está unido por la misma causa, ¿qué pasó con la cuasa del calentamiento global?
- ¿Qué pasa con las guerras?
- ¿Se ayuda de la misma forma a tantos países africanos o de Medio Oriente que viven en constante conflicto y tragedia?
- ¿Por qué la cobertura mediática de un terremoto no se iguala a la de uno de esos conflictos?
- ¿Dónde está unión del mundo ante las crisis económicas?
- ¿Dónde están la empatía y los buenos deseos?
- ¿Será que lo único que conmueve a los líderes es la tragedia?
- ¿Cómo le hacemos para cambiar?
- ¿Qué nos queda por vivir?

Puede ser que no tenga las respuestas a todas mis preguntas, puede ser que me equivoque al pensar así, puede ser que en realidad el mundo no tiene interés en cambiar, pueden ser muchas cosas, pero creo que lo único que no puede, sino debe ser, es estar al tanto de qué, cómo, dónde y cuándo pasan las cosas: mente abierta y sentido crítico.

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