Todos los escuincles, montoneros como nadie, se dirigen a Vuosito.
Escuicle 1: ¡Tú papá es malísimo!
Escuincle 2: Además tiene cara de tonto...
Escuincle 3: Y se la pasa en el suelo.
Vuosito (relajado): Sí, pero gana más que los suyos.

Todos los escuincles dejan de hablar, luego se molestan y empieza una gritoniza. Entonces entra la maestra:
Maestra: A ver, a ver, ya cálmense, ¿qué pasa?
Se explica la situación.
Maestra: bueno, no pasa nada... (piensa y finalmente agrega) ¡Aquí todos tienen razón!
Y sí, eh.
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