25 de mayo de 2010

Confianza plena

Que no le digan, que no le cuenten, estimado lector. La verdad de las cosas es que la Selección Mexicana de futbol NO le dio un baile a Inglaterra en el primer tiempo del partido amistoso de ayer, a pesar de lo que los comentaristas (ciertamente mentirosos) quieran hacerle creer.

Que no le digan, que no le cuenten, lector. Si no vio el partido, se lo resumo objetivamente: Inglaterra esperó a México, dejó que jugara, y ellos lo aprovecharon bien durante el primer tiempo, en el que sólo les metieron dos goles (y eso que estaban jugando muy bien) y en el que, de chiripa, lograron anotar uno, después... nada.

Que no le digan, que no le cuenten, lector. Si México sigue jugando como hasta ahora, no habrá cuarto, ni quinto partido; no habrá ilusión ni nada y, sobre todo, no habrá fiesta, como le quieren hacer creer Televisa y TV Azteca.

Que no le digan, que no le cuenten, lector. Javier Aguirre no es ningún mesías, sino un hombre que, por razones misteriosas, ha formado un cuadro inconsistente (en el que, por si no se había dado cuenta, ni siquiera los números de las playeras se le han asignado a un apellido -Inglaterra, por ejemplo, tiene todo esto cubierto-), con jugadores que no merecen portar la playera verde por huevones, otros, porque a pesar de militar en equipos europeos sólo calientan el banquillo y unos tantos más porque son tan malos como el cáncer (ya lo gritaba el público en la despedida contra Chile: "¡Fuera Bofo!").

Desconfianza es el nombre del juego, lector. Y para muestra basta no un botón, sino la promoción de Sams Club: compra una pantalla (la que quieras) y, si México gana el quinto partido, es gratis. Nadie se arriesgaría tanto si no supiera de antemano que las consecuencias van a ser positivas... para Sams Club, por supuesto.




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