Una vecina fue a reclamarle a otra que su hijo había embarazado a la suya. Como era de esperarse, la del muchacho le puso una cagotiza irreal antes de escuchar la versión del tipo, quien aseguró que nunca la había tocado. Entonces la mamá, cola entre las patas por haber regañado a su terrón, fue ahora a armarle un pancho a la vecina. Después de horas de discusión, no se supo cuál fue el resultado de tan desagradable encuentro; sin embargo, se conoció la razón por la cual la de la niña acusaba al chamaco: ella lo había visto todo, vio cuando el muchacho le echó ojos de lujuria a su hija, situación que, literal, la inseminó.
Sí, lector, en pleno siglo 21 y con Wikipedia a la mano (por si el sistema educativo mexicano falla, nomás). Pero esto no sólo pasa en México, vea esta imagen de un foro de preguntas en Yahoo España.

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