25 de mayo de 2009

El tranza siempre cae


Y en el sentido literal de la frase que tengo por título, el ex presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, se lanzó al abismo, al más puro estilo de Buzz Lightyear, el sábado pasado mientras hacía senderismo en la villa de Bongha, Seúl. ¿Merecido? Nadie nunca lo sabrá porque la investigación será cerrada. Es probable que en su caída se haya llevado la verdad de las cosas que, a juzgar por su acción onda La Quebrada es más que inobjetable: la culpa lo consumió, el fraude era real.

Resulta que el finado de 62 años, progresista, moderno y siempre ufano de su reputación transparente fue acusado de haber recibido sobornos por más de 6 millones de dólares durante su mandato. El dador de divisas, un empresario zapatero Park Yeon-cha, supuestamente entregó a su esposa 1 millón (Moo-hyun había dicho que no se trataba de una dádiva para exhortarlo a alguna acción ilegal) y después 5 melones más a un familiar (se cree que este dinero llegó a Roh tiempo después).

Además de cargar su propia bolsa de piedritas, también tuvo que soportar la condena de su hermano: 4 años de tambo por otro escándalo de soborno. Así que la costumbre de aceptar lana sucia venía de familia...

Dadas las circunstancias y en un acto heroico, Roh Moo-hyun terminó con su vida y "recuperó el honor" que tanto lo había caracterizado. Al parecer entendió el castigo que merecía y, de paso, dejó a su familia protegida, económicamente hablando, claro está, y fuera de las investigaciones judiciales.

¿No sería bueno que nuestros raterillos blanquiazules, tricolores y amarillentos tuvieran esta concepción de honor? ¡Ya no tendríamos clase política! Digo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario