Así es la vida...

Como se sabe, la semana pasada el vuelo 447 de Air France se estrelló en el Atlántico cuando se dirigía a París. Lo que no se sabe:

Una mujer de nombre Johanna y su esposo Kurt, que se encontraban de vacaciones en Brasil, llegaron tarde al aeropuerto y, por obra y gracia del señor (o azares del destino, buena suerte, etc.) perdieron el vuelo. Imagínese, querido lector, los sentimientos encontrados que pasaron por sus mentes al enterarse de que ese mismo avión caería con irremediable tragedia algunas horas después.

Johanna y Kurt viajaron a Austria al día siguiente en un avión seguro; ya en casa tomaron su auto para hacer algo (quién sabe qué). Cuando transitaban por las calles de la localidad de Kufstein, en dicho país, se estrellaron contra un camión.

Hoy, Johanna ha fallecido y Kurt está gravemente herido en el hospital.

Como dice un buen amigo mio: la vida no es fácil. Yo digo, y me disculpo con mis lectores, ¡qué ojetada!