13 de abril de 2009

Mójensen sin culpa


Iztapalapa, zona de antiguos y eternos problemas con la distribución del líquido vital (y también con el pago del servicio, no todo es culpa de las autoridades), zona marginada, zona en su mayoría sucia, zona de tintes industriales y casas que exhiben sus muros sin pintar, zona gris...

Muchos problemas se viven a diario en Iztapalacra, Iztapabote, Iztapa(lo que a usted se le ocurra) pero el principal es el ya citado: la falta de agua. Durante años, los más de 1 millón 750 mil habitantes de esta región al oriente de la Ciudad de México han sufrido las consecuencias de no contar con este recurso.

Y se han quejado. y se seguirán quejando, pero eso sí, cuando es sábado de gloria, a mojarse, ¿qué no? Sin importar los cortes del Sistema Cutzamala ni las advertencias por parte de las autoridades, ni las multas a las que se haría acreedores aquellos que desperdiciaran el agua, gordos (en su mayoría), flacos, altos, chaparros (en su mayoría), blancos, morenos, peinados, despeinados (en su mayoría), educados y mal educados (en su mayoría), salieron a las calles, a los patios de sus vecindades y a los de sus casas, a mojarse.

En las cápsulas de los noticiarios televisivos  se pudo observar a los "maleantes del agua" arrojándose el líquido (con la ayuda de jícaras, cubetas y botellas de refresco) los unos a los otros. Sus playeras mojadas delineaban las curvas en sus cuerpos y hacían que sus cabellos lucieran un poco menos cebosos que de costumbre (algunos seguían pareciendo aguas para insertar chaquira).

Un reportero de Proyecto 40 literalmente describió a uno de los menores implicados en el desperdiciadero: "Y escuchen lo que respondió este gordito cuando le preguntamos qué haría de grande cuando no tuviera agua". Por supuesto, el gordito respondió que no se bañaría (dios...). Por su parte, otro inverbe, aunque menos gordo, dijo que podría comprarla por internet. Ciertamente una visión futurista y probablemente no tan lejana, ¡escuchemos a nuestra sabia juventud!

Asimismo, algunos vecinos comentaron que era una falta de respeto ya que la crisis por el agua estaba en pleno; otros, empapados (y gordos), dijeron que había que divertirse. Lo que la autoridad les pasó al costo es que se fueran a divertir al Centro de Sanciones Administrativas o pagaran su cuota de divertimento que les costó de 21 a 30 días de salario mínimo (entre mil 150 y mil 650 pesos aprox.)

En total (en todo el Distrito Federal) fueron 69 los probables infractores remitidos, de los cuales 54 fueron encontrados culpables por el juez (en efecto estimado lector, se requiere de una investigación completa para determinar que un gordito mojado de pies a cabeza hizo mal uso del agua). De esos 54, 24 fueron menores de edad a quienes se les propinó tremenda regañiza frente a sus padres (osease los amonestaron) y los otros 30 fueron adultos, algunos de los cuales contaban ya los 56 y 65 años de edad.

¡Pero lo mojado nadie se los quita!

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