14 de diciembre de 2011

Golpe de realidad

Por alguna extraña razón, la gente tiende a pensar que muchas de las cosas que hace/tiene/piensa/vive son increíbles, cuando en realidad son, ¿cómo decirlo de forma sutil...? Mediocres. Soy un chingón en esto, soy un chingón en lo otro, mi novia es la más guapa del mundo (si le gustan los bodrios), tengo un six pack estilo Hollywood (won at a beer contest), eskrivo kual poeta, mi infancia fue la más feliz (sus padres sólo le daban con el gancho, no con la chancla), etc., etc., etc...

Es real, no sé si es un simple problema de autoestima elevada o ceguera onda Saramago. Aquí un ejemplo navideño del asunto, egocéntrico lector; fue cuando su papá lo llevó "a la nieve" (usted pensó Vail y lo llevaron al Popo) y le prometió que construirían un gran muñeco blanco.

Acá uno más tecnológico, que sin duda refleja su miserable y apática vida social.

Y uno más, sin comentarios...

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