22 de diciembre de 2010

Como pavo


Ya sabe, cosmopolita lector, que en muchos hoteles de playa de la República Mexicana hay grupos de animadores que hacen del viaje de los turistas una experiencia sobrecogedora: bailan, cantan, crean dinámicas que inimaginables, memorables...

Hace algunos años fui a Ixtapa, Zihuatanejo, y en el hotel, como es costumbre, los muchachos hicieron "chou". Ese día organizaron una noche mexicana, con cena y toda la cosa, en la que sirvieron un buffet digno de los dioses aztecas; kilos y kilos de comida para que todos y cada uno de los hospedados nos diéramos un festín.

Después de la glotonería pasamos al área de la alberca, donde ya se habían dispuesto unas tarimas en las que los chicos bailaron el jarabe tapatío y no sé qué más. Una vez hecho el ridículo invitaron a la gente a pulir el piso al son de alguna canción famosa y muy tradicional. Nadie se levantó.

Entonces uno de los organizadores se dirigió (al azar) a dos señoras regordetas que estaban en la primera fila:

- ¿Qué pasa señoras? - preguntó con una sonrisota (fingida). ¿No van a levantarse y acompañarnos?

A lo cual una de ellas, risueña y decidida, contestó:

- ¡Es que estamos como pavos!

El animador, ignorante, dijo:

- ¿Cómo que como pavos?

Y ella, ahora con carcajadas de por medio y un volumen considerable, explicó:

- ¡Pos bien re-llenas!

Esta Navidad, lector, mídase con la comida, por favor.

21 de diciembre de 2010

Cosas que...

...hacen que la vida valga la pena.

1. Pensar que va a haber un embotellamiento de terror y descubrir que no (un poco utópico).
2. Clásico: encontrarse 5 mil pesos en el pantalón (bueno, 20).
3. Enterarse de que que también le gustas (aunque sea sólo por una noche).
4. Estar muy bien tapadito cuando hace frío (y ver que otros se congelan, je).
5. Nadar cuando está cayendo una tormenta (aguas con los rayos).
6. Empiernarse (sobrio, enamorado y con un(a) guapo(a), o no, su gusto).
7. Despertar después de una larga borrachera y no tener cruda (amanecer cred-a-).
8. Leer (siempre y cuando no sea la TV Notas, o similares).
9. Ordenar, ir al baño, y que al regresar la comida esté en la mesa (de Pulp Fiction).
10. Escuchar una canción que traiga recuerdos o levante ánimos (no las nuevas de Lucero).

Top ten, ¿usted tiene más?

20 de diciembre de 2010

Monday music

Estimado lector, este lunes quiero compartirle tres canciones que me gustan mucho. Espero que a usted también, para empezar esta semanita con Tokio.


Ariel Pink es un músico de Los Ángeles que lleva pegándole al pop/folk/avant garde desde 1996.




Chinese Man trae la onda. Es un proyecto de hip hop alternativo basado en Marsella, Francia.




Roxy Music es un grupo inglés de rock que se formó en 1971 por el vocalista Brian Ferry.

17 de diciembre de 2010

La flor


Me pregunto si algún día esta niña verá la misma imagen que ve usted, lector, y se arrepentirá de haber dado este regalo. Ese día, si llega, sabrá que ellos abusaron de su pueblo, que asesinaron a cientos de civiles, que arrunaron la vida de un sin número de familias... Ojalá que no la vea, ojalá que no recuerde. Yo imagino a un niño mexicano dándole una flor a un narco. ¡Qué días aquellos cuando todo sucedía a modo (al de nuestra imaginación)!

Se acerca el fin de año, se cierra un ciclo... sería bueno que todos recuperemos un poco de la incocencia que, invariablemente, perdimos con los años.

16 de diciembre de 2010

Tiene pa' rato


En internet, tecnológico lector, se pueden encontrar muchas cosas. Desde cómo hacer una bomba casera hasta el video de algún ridículo que no tiene nada mejor que hacer. Hay algunas cosas que se han hecho famosas; la gente las envía, las forwardea, las ve en You Tube. Casi se vuelven aspectos básicos de la cultura general. Por eso hoy le dejo una lista de las 99 cosas que debió haber visto en internet. El autor, sin duda un ocioso que no tiene nada mejor que hacer.

Clic aquí.

15 de diciembre de 2010

Contradicciones


Cuando se está parado en las calles de la Ciudad de México, atorado en el tránsito, rodeado de autos, uno puede ver cosas (si es observador). Lo más común es cachar al de al lado picándose la nariz (luego engullendo sus viscosidades); incluso, si es usted afortunado, podrá ver a alguna novia o novio haciéndole porquerías a su pareja... bueno, eso es poco probable.

El caso es que hoy me tocó atestiguar una contradicción: Me acercaba poco a poco a un Chevy Joy (o sea de los chiquitos que son como bolita). Era rojo. Estaba tan golpeado que un rayón más no se le notaría. Las llantas lisas, un espejo retrovisor roto, la defensa trasera agujereada... ya se imaginará el cacharro. Una vez a su lado, pude notar que el señor que lo conducía no se había bañado, digno dueño. Me sorprendió ver que, de pronto, apretó un botón del tablero, y una mini pantalla de escasos milímetros de grosor salió de su radio y, él, feliz, disfrutaba de una peli de vaqueros.

Es como esa gente que vive en una choza que se está cayendo pero eso sí, afuera sus Navigators o sus Lobo y en el techo sus antenotas parabólicas (ahora Sky), o como quien se queda con un par de zapatos todo un año porque está ahorrando para sus Ferragamo, aunque lo que vista sea de la Lagu(nilla).

Contradicciones, lector. ¿En cuáles cae usted?

14 de diciembre de 2010

Soy electrónica (lamentable)


Lector, no me acuerdo cuando publiqué una entrada sobre el nuevo video de Lucero, que es una verdadera basura. Incluso alguien comentó que quién era yo para juzgarla (o algo parecido), pero no hay duda, sólo hay que verlo para comprobar el horror.

No quiero ser insistente, pero gracias a una amiga le he podido dar seguimiento a la evolución del nuevo proyecto electro-dance de esta mujer, que alguna vez llamaron "La Novia de América" (todos sus novios la van a mandar al diablo cuando vean esto).

Ya lo había mencionado, Lucero es una mujer grande, madura, con dos hijos, la hace bien llorando en el Teletón y es una buena villana en las telenovelas, pero entrar al mundo de la música electrónica es otro boleto.

Este es el segundo sencillo. Con letra incluída y toda la cosa. Un intento más de hacer que una señora parezca una jovencita. A fuerza ni los zapatos entran. Eso sí, ahora sabemos que Lucero le entra al FB, Twitter y hasta Skype. En busca de un "amor virtual", ahora que (dicen) se va a separar de Mijares. ¿Por qué será?

13 de diciembre de 2010

Suicidio social


La semana pasada postee una entrada de una chavita que se grabó mientras cantaba una canción de amor. Para hacer ese tipo de ridiculeces, alguien TIENE que estar enamorado. Mire, por lo menos el amor es una razón, un motivo de peso, pero esto, lector, esto sí que supera los límites de la dignidad. No hay justificación alguna para esta autohumillación.

Si alguna vez le entran ganas de que nadie le hable o de que en la calle lo vean con esos ojos que desnudan, su familia jamás lo vuelva a invitar a una comida y su futuro en la sociedad desaparezca, ponga su cámara, dele play al iPod y baile (después lo sube a You Tube).

10 de diciembre de 2010

Duda


¿Cómo funcionan los cursores? Ah, verdad, lector, usted que cree saberlo todo, se quedó frío con esa pregunta. (O no). El caso es que puede haber explicaciones técnicas o tecnológicas para responder a la pregunta de allá arribita, pero The Warbrum tiene en exclusiva la verdadera y única... respuesta. (Pase el cursor sobre el círculo)

9 de diciembre de 2010

Tatuajes

Aunque la gente decide imprimirse signos en la piel por distintas razones, muchas personas (retrógradas) ven al tatuado como un bandolero, como alguien que no merece mucha confianza, incluso lo asocian con reos y convictos. La percepción de cada quien es válida (supongo) siempre y cuando se la guarde bien "adentrito". Los tatuajes también se asocian con gente "ruda", como esta mujer, que increiblemente se pintarrajeó la espalda entera, y vea usted la rudeza (innecesaria desde mi punto de vista) de los dibujos.

8 de diciembre de 2010

Todos tienen razón

Tengo una amiga que es maestra de kinder. Algunos futbolistas gustan de inscribir a sus hijos en la escuela donde trabaja; entre ellos destacan los hijos de Daniel "El Rolfi" Montenegro y Vicente Matías Vuoso, ambos americanistas. Lea la conversación entre unos que no son fans del Águila y el pequeño Vuoso (al cual denominaré Vuosito para fines prácticos).

Todos los escuincles, montoneros como nadie, se dirigen a Vuosito.

Escuicle 1: ¡Tú papá es malísimo!
Escuincle 2: Además tiene cara de tonto...
Escuincle 3: Y se la pasa en el suelo.
Vuosito (relajado): Sí, pero gana más que los suyos.


Todos los escuincles dejan de hablar, luego se molestan y empieza una gritoniza. Entonces entra la maestra:

Maestra: A ver, a ver, ya cálmense, ¿qué pasa?

Se explica la situación.

Maestra: bueno, no pasa nada... (piensa y finalmente agrega) ¡Aquí todos tienen razón!

Y sí, eh.

6 de diciembre de 2010

Marios Bros. "violinizado"


Estoy seguro de que en su infancia le dio por el Marios Bros., juego inmortal y con el cual nuestros padres se evitaban pagarle a una niñera. Estoy seguro también que recuerda los dos primeros niveles del famoso juego de Nintendo, sí, el primerito, el de la consola gris grandota y los "casettes" a los que había que soplarles cuando no jalaban. Bueno, hoy le dejo algo para la nostalgia, pero con un toque de violín.

Percepciones

Estimado lector, quiero que vea esta fotografía y me diga si nota algo extraño.

¿Algo? Tal vez entre las dos chicas que están en primer plano... Efectivamente, la chica no está ordenando la litera, salió de bañarse y, como olvidó sus bragas, las está buscando en el desorden, pero jamás pensó que sus roomies estarían tomándose fotografías y ella se vería afectada. Como alguna vez dijo alguien en una movie: "siempre hay alguien observando". Es como cuando usted cacha a un conductor comiéndose los mocos en pleno alto.

Y no, cochambroso lector, la verdad es que, si pone atención, verá que las "nalgas" de la señorita de atrás en realidad es el pliegue del brazo de la fotógrafa. ¿Ah, verdad? No todo es lo que parece.

3 de diciembre de 2010

Ah, el amor

El amor, querido lector, es el sentimiento más importante en la vida del ser humano. Bien dicen que no hay edad para el amor y que por él se pueden hacer cosas inimaginables, desde llevar una serenata y pedir matrimonio hasta ridiculizarse de por vida y ser el hazmereír de los compañeros de escuela, la familia e incluso de aquellos a quienes uno no conoce. Es más, ser la burla de generaciones y generaciones venideras (incluídos los hijos -si es que alguien que haga algo así los puede tener-).

2 de diciembre de 2010

¡No te pases!

Aunque ya haya pasado una semana...

A veces, lector, la gente hace cosas increíbles: alguien inventó la rueda, otro la penicilina, unos más escribieron libros que pasaron a la historia, por ahí alguien pintó a una señorita que medio sonríe, otro se rifó el iPhone, algunos ganan muchas medallas de oro en una sola Olimpiada, unos rompen ´récords de Guiness (escoja su categoría favorita). Sé que en esta lista faltan otras maravillas. También sé que hay cosas incríbles que no son tan positivas: algunos matan a miles sólo por obtener poder (o porque están locos), otros patrocinan guerras, unos más venden drogas, otros llegan a la presidencia de México...

Pero esto, lector, esto sí que es una aberración. Los gringos y su Thanksgiving:

1 de diciembre de 2010

Comida VIP

Leí una historia, y dentro de esa historia había unas cuantas más. Me llamó la atención la que hablaba del Mibu. Una reseña lo describe como "un lugar normal, en un barrio normal, dentro de un edificio normal" (sin mayores aspavientos, pues).

La cuestión es que es uno de los restaurantes con mayor prestigio de Japón. El dueño se llama Hiroshi Ishida, y le ha puesto un toque especial al lugar, además de la comida, claro. Por si se le antoja, lector, ahora que vaya de fin de semana a Tokio:

1. Sólo tiene un mesa, en la cual caben ocho (no más, entienda y no insista) comensales.
2. Usted comerá ocho deliciosos tiempos.
3. Tan sólo deberá pagar mil euros por persona.
4. Debe conocer a alguien que ya haya ido, pues sólo lo recibirán si va usted recomendado.
5. No lo busque en internet ni el directorio: "it's not listed".

¿Se le quitaron las ganas? Si no, escale en esta montaña que se llama sociedad, llegue a la cima, y si allí conoce a alguien que conoce a alguien, pídale que lo invite. Pis of keic.

Ishida y su esposa departen con unos comensales

30 de noviembre de 2010

Para todo mal...


Se sabe, etílico lector, que en México somos aficionados a la bebida. No pretendo asegurar que todos los mexicanos le "pegan al vidrio", pero, afrontémoslo, "la mayoría" es una aproximación real. No está mal que a uno que otro le guste beber, una, dos, tres cubitas, digestivo para que baje la comida, su Nochebuena cuando es temporada, tequilita pa'l nacionalismo, champaña (si le alcanza) y para todo mal, mezcal; para todo bien, también.

Dice un conocido mío que el mezcal es una bebida peligrosa, que cuando una persona se embriaga, los efectos de éste la incitan a hacer y decir (incluso pensar) cosas inimaginables. Yo aún no lo compruebo (del todo). Podría decirse entonces que el mezcal, en exceso, vuelve loco a alguien, tal es el caso de la ex gobernadora del estado de Zacatecas, Amalia García.

Ella siempre fue buena, noble, considerada con sus gobernados, jamás estuvo involucrada en grillas ni problemas derivados de su profesión (política), hasta que conoció el mezcal y ahora, en la mira de todos los medios de comunicación, debe defenderse con uñas y dientes por diversas acusaciones, temas de dinero mal habido, claro.

¿La historia? Mera suposición. Por lo menos el principio. Amalia gobernaba con salud física y mental, pero algún compadre productor le dio a probar este mexicanísimo elixir. Su afición fue creciendo y creciendo hasta que, ciega de vicio, decidió adquirir, en mayo de 2010, nada más y nada menos que 3 mil 448 botellas de dicha bebida. Si usted cree que eso es excesivo, lea el costo: 999 mil 920 pesos. Todo a través de la institución denominada DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia).

Estoy seguro de que todas las familias zacatecanas que requieren desarrollarse integralmente se vieron beneficiadas con su botellita de mezcal, o de menos con el traguito que les tocó, porque, repito, para todo mal, mezcal; para todo bien... ¡Bah! Pregúntele a Amalia.

29 de noviembre de 2010

La sopa


El fin de semana me encontré una Día Siete viejita. Antes, esa revista dominical (que no dominguera) tenía un aspecto agradable, pero ahora (supongo que gracias a la crisis) está llena de anuncios y no me inspira mucho. Sin embargo, el contenido se mantiene superior a la forma. Pero ese no es el punto, estimado lector. Resulta que, mientras hojeaba el ejemplar, apareció ante mí un artículo de Carmen Boullosa.

En él, la escritora habla de la sopa, sus orígenes, sus formas, y luego deriva en cuestiones sociales que ya me da un poco de hueva describir. La sopa. La sopa. La sopa...

Cuando yo era un mozuelo, mis padres trabajaban (hoy están felizmente jubilados) y no tenían tiempo de pasar por mí a la hora de la salida. Afortunadamente para ellos, la escuela contaba con el servicio de medio internado; había maestras que nos guiaban con las tareas y, por supuesto, un comedor.

Una de las exquisiteces más reconocidas de la señora que intentaba cocinar todos los días era la sopa de lentejas. Usted no lo imagina, pero cuando se corría el chisme de que servirían eso, tanto mis compañeros como yo temblábamos de terror. Junto con la olla que la contenía venían consecuencias terribles: regaños por no querer entrarle al manjar, vómitos espontáneos por tan solo olerlo y berrinches épicos que terminaban en un "tápate la nariz y fondeala".

Dice Boullosa que la sopa debe ser un plato vigorizante. Creo que si ella hubiera sufrido como yo, se contestaría a sí misma: "vigorizamesta, güey".

19 de noviembre de 2010

¿Dónde estacioné a Rodolfo?


Ni se imagina usted, lector, lo que significa repartir regalos toda la noche, en millones de casas, y sólo recibir unas cuantas galletas con un vaso de leche a cambio. Sé de buena fuente que a Santa ni le gusta la leche (es intolerante a la lactosa). El suyo (no el de usted, el de Santa) es un trabajo ingrato, gratuito y poco apreciado, porque, hay que reconocerlo, los mocosos sólo se acuerdan del gordito en diciembre, y sólo un par de semanas antes de que llegue; cuando reciben sus regalotes, los muy ambiciosos olvidan al de rojo y apuntan hacia el interés de los tres monarcas.

Póngase en los zapatos (o más bien en las botas) del Sr. Clause. Por eso no lo juzgue cuando vea el video que postee aquí abajito, mejor entienda que, de vez en cuando, uno necesita sacar sus frustraciones y enterrar sus enojos. Después de todo, el panzón se rifa, ¿qué no?

18 de noviembre de 2010

¿Reir o llorar?


Como bien lo dice el título de esta entrada, querido lector, ya no sé si reirme a carcajadas o de plano echar la lágrima amargamente. Y tal vez usted se pregunte, ¿pero qué le habrá pasado? (o no), pero aún así se lo voy a decir.

Ayer me pusieron el nuevo video de Lucero. Sí, Lucero, la que salía en las pelis con Pedrito Fernández y Luis Miguel, la misma que se rifó una actuación honorable en la telenovela Lazos de Amor (en la cual interpretaba el papel de unas trillizas), la que le decía a su amante que le contara las "pecas de la espalda", la de la mamá que le bailó semidesnuda a un galán y fue grabada en el acto, la que año tras año llora en el Teletón porque no llegan a la meta de dinero...

Todo parece indicar que esta artista tan conocida en México decidió que todo lo que ha hecho tiene que dar un giro inesperado, entonces hizo este video, del cual no debe perderse:

1. La animación de entrada y el título: "Lucero presents".
2. El impresionante uso de los sintetizadores al principio de la canción.
3. Los outfits, lector, los outfits (o vestimenta).
4. La coreografía (nótese la simpleza, pues ella, a su edad, no puede moverse igual que antes).
5. La escenografía (entre ochentera y no te pases).
6. La letra de la canción.

Sé que probablemente Lucerito nunca leerá este post, pero por si acaso, le digo: "Por favor, señora, regrese a su casa, cuide a sus dos chamacos y atienda a Mijares".

17 de noviembre de 2010

Ay, ¿qué tiene?

Ayer abrí la puerta de la oficina, la de la calle, la que me lleva al coche después de un día de trabajo, y lo primero que vi fue una mujer, medio gordita, creo que iba vestida de morado con negro y traía un perfume que olía bien. Me saludó apresurada y me dijo que no cerrara. Sí, tenía prisa de entrar. Obvio no la conocía, pero como no tenía cara de asaltante o secuestradora, la dejé pasar sin preguntarle mucho.

Segundos después descubrí que la mujer se había estacionado frente a mí.



Sinceramente, lector, no puedo entender dos cosas: primera, que alguien sea tan incapaz de pegarse a una banqueta cuando tiene metros y metros por delante; segunda, que alguien sea tan inconsciente para dejar así su auto. Ahí está la foto, la señora tiene un severo problema con la medición de distancias, eso es claro, pero lo más aberrante del asunto (por lo cual yo le negaría una licencia de ayer en adelante) es el cinismo. Y todavía se atrevió a sonreirme antes de entrar a mi oficina, ¡pff!

16 de noviembre de 2010

Si lo hubiese sabido...

Seguramente le ha pasado, querido lector, que hace algo, lo que sea, y mete la pata (o sea le sale mal, o sea, el tiro por la culata, o sea... usted entiende, creo). Ejemplos:

1. Está saliendo con una(o) chica(o) que al parecer le corresponde. Llevan un rato, y decide que es hora de dar el siguiente paso... ¡tómela! Lo abren olímpicamente.
2. Tiene una lanita que no necesita y llega un amigo y le dice que tiene un buen negocio, redituable. A la hora de cobrar, su amigo ya no contesta el teléfono y... ¡tómela! Adiós lanita.
3. Se le antoja comerse una tortita de pastor en su taquería favorita. Le mete con Tokio a la mordida y al día siguiente... sí, ¡tómela! Una diarrea de su p..a madre.

Y sabe por qué le pasan todas estas cosas (y aquellas que no mencioné), lector, porque no está usted bien informado, no es usted una persona visionaria, vaya, tiene severos problemas de prevención. Por eso ha de consultar con los que saben antes de siquiera levantarse de la cama.

(Anuncio que me encontré en alguna página de internet).


12 de noviembre de 2010

¡Vuelve!

Viernes de videito, lector. Le pregunto, ¿qué haría si el verdadero amor de su vida se fuera? Mire esta opción.

11 de noviembre de 2010

Dile que digo que sí


He de decirle, lector, que yo no creo en el matrimonio; sin embargo, entiendo la importancia que tiene para muchas personas y hasta cierto punto también comprendo los procesos. Me refiero a que es una ocasión especial, desde la pedida, la entrega del anillo (con la respectiva respuesta de la susodicha), la fiesta (si es que la arman), la elección de lugares (aunque al parecer es más importante para las chicas), la contratación de grupo, de mesa de regalos, hasta el "gran día".

Ayer escuché en el radio la forma más estúpida de abordar el punto número dos: entrega del anillo. No sé cómo lo habrá hecho el enamorado, si se la llevó a la playa y le armó una cena o si se lo entregó afuera de su casa mientras cantaba una desafinada canción acompañado de un mariachi barato, lo que sí sé es lo que hizo ella.

De entrada, se entiende que no le respondió en el momento, lo cual ya es deprimente sino que esperó hasta que W Radio tuviera en sus instalaciones a los muchachones de Café Tacvba (sí, el grupo musical), que estuvieron en entrevista para un programa denominado Foro W, donde invitan a gente para que platiquen con los entrevistados.

Resulta que esta mujer, con total falta de sensibilidad, le pidió a uno de los integrantes de la agrupación que, al aire, dijera por ella que sí se casaba.

¡Fack! Es como si la novia le mandara un mail diciendo que acepta. Yo que él, le dedicaba "Ingrata", rola que hicieron famosa los Tacvbos.

9 de noviembre de 2010

Compu vs. abue

Los miembros de algunas generaciones damos por hecho que usar una computadora es muy sencillo, pero sólo lo afirmamos porque estamos acostumbrados a tener una todo el tiempo, desde hace tiempo. Incluso yo, a mi cuarto de siglo de vida (bueno, un poquito más), aún no entiendo algunas cosas.

Ajá, ¿y eso qué? Ah, pues es que hace unos momentos olvidé (por un milisegundo) cómo escribir una mayúscula. Y luego recordé que a mi abuelo le han ofrecido, en más de dos ocasiones, una lap top para que se divierta, y el señor, sin pensarlo, ha dicho que nel pastel. ¿No creee que los dos pensamientos tengan algo en común? Sólo imagine: si yo, un tipo que lleva más de 10 años usando una compu, olvida cómo poner una mayúscula, lo que sufriría mi viejito de 80 para siquiera ir al menú y abrir una ventana.

De ahí que los señores y señoras (ya sé que no todos, todavía se puede encontrar por ahí un mail que sea mariaisabel1932@hotmail.com) vean estos aparatos, y otros tantos, como el iPhone, y expresen:

- Es cosa del diablo.
- Ay, mijito, cómo le haces para entender tanta cosa.
- ¿De verdad está del otro lado del mundo y lo podemos ver en la pantalla?
- Prefiero escribir a mano.
- ¿Y a mí de qué me va a servir ese aparato?

Entre otras... ¿se sabe algunas, lector?

El submarino


Estimado lector, qué revitalizante es nadar. No sólo es el ejercicio más completo sino que nos da la oportunidad de pensar mientras atravesamos los metros que tiene la alberquita. Hoy, precisamente después de mi sesión matutina, recordé algo que me sucedió cuando todavía era un mozuelo.

La piscina no era chica, de hecho, si la memoria no me falla, tenía dimensiones olímpicas. No estaba tomando clase; sin embargo, como traía los conocimientos frescos, iba de un lado para otro practicando el estilo pecho cual ranita de río.

Patada que impulsa la cabeza para que salga y tome aire junto con una brazada simétrica. Luego, cabeza adentro y brazos estirados, como si quisiera alcanzar la pared que se encontraba a varios metros aún y repetía el movimiento una y otra vez.

De pronto, en una de esas salidas a la superficie, vi que la gente comienzó a irse. El gran reloj de la pared (números rojos, digitales) todavía marcaba las 12 o 1, temprano para un día soleado de verano. Me quedé solo; la mitad sur de la alberca seguía en lo suyo, la norte había huído.

Una euforia colectiva se había apoderado de la mayoría de los bañistas y yo, concentrado en lo mío, no lo había notado. Alguien dijo algo, avisó de una situación y, como reacción en cadena, todos abandonaron el agua.

De pronto, cuando me impulsaba desde la barda para dar la vuelta número no sé cuál, vi que un objeto "no identificado" flotaba a lo lejos. El impulso me llevó directo hacia él. Patada, brazada, regreso la cabeza al agua y, al lado de mí, cual medusa grácil, un mojón de unos 10 o 15 centímetros casi rozó mi rostro.

Efectivamente, un mocoso hijo de puta había tenido a bien depositar sus desechos en donde mejor le vino en gana, sin importarle la presencia ajena. Su submarino café casi colisiona con mi cuerpo. Lo único que pude hacer fue apretar la boca y nadar lo más rápido posible para salir de la zona de guerra.

8 de noviembre de 2010

¿Marchar o no marchar?

Ayer mi primo tuvo que ir al sorteo del servicio militar. Por si no lo sabe, querido lector, hay de tres sopas: bola negra, que significa que el susodicho que la obtiene se "salva" de hacerlo; bola blanca, ya se fregó; y bola azul, se va pa' la Marina (o sea, se fregó). Pero eso sólo es un dato cultural.

El asunto es que recordé cuando me tocó ir al sorteo. A pesar de que ya me habían dicho que si era de los primeros en llegar probablemente me "salvaría", el nervio estaba a todo lo que da, porque ¿quién quiere marchar con los soldados?

Era una mañana fría. Cientos de jóvenes estábamos en una gran explanada, no recuerdo dónde con exactitud, sólo sé que en la delegación Tlalpan. El sorteo empezó de atrás para adelante, o sea, se sacaba bola para los que se habían registrado al último.

Había de todo, desde el chavito fresoide que se lamentaba al oír su nombre seguido de un "blanca", hasta el arrabalero que se burlaba con saña de los que corrían con la misma suerte que el fresoide. También estábamos los callados, a la expectativa.

De pronto, el militar que estaba haciendo el sorteo dijo un nombre: Juan García (no que fuera ese). Guardó silencio y se dirigió a la concurrencia: "A este joven no le vamos a sacar bola", comentó.

Por supuesto, el griterío no se hizo esperar. Hubo consignas de todo tipo, chiflidos mentadores de madre, una grosería por aquí, otra por allá, reclamos (¿por qué a él no?, ¿de qué privilegios goza?) y mucho, pero mucho enojo. Así somos los mexicanos, antes de saber el por qué ya estamos armando un pedito.

El militar calmó a la "chaviza" en pocos minutos y se volvió a dirigir a nosotros: "Jóvenes, ya estuvo, no le vamos a sacar bola porque él decidió hacer el servicio voluntariamente..."

Una vez más, el griterío no se hizo esperar, pero esta vez todos los comentarios estaban dirigidos al pobre Juan: ¡pendejo!, ¡pinche babosoooooo!, chiflidos mentadores de madre, risas burlonas y toda clase de mofas debieron haberle taladrado los oídos a García.

Al parecer nadie vio nunca a Juan García, pero, así somos los mexicanos.

¿Mi suerte? Eso fue otra cosa. Antes de que llegaran a mi número, que era el 60, las bolas de la urna ya se habían terminado.

5 de noviembre de 2010

Tribu warrior


Y no, querido lector, no es el ganador al mejor disfraz de la fiesta de Halloween del sábado, es una imagen del fotoperiodista Brent Stirton. Y ya sé que su nombre no le suena (tal vez ni siquiera le importe), pero para que lo sepa, este señor ha publicado fotografías en National Geographic Magazine, The New York Times Magazine, The London Sunday Times Magazine, Smithsonian Magazine, The Discovery Channel, Newsweek, Le Express, Le Monde 2, Figaro, Paris Match, GQ, Geo, Stern y CNN.

Además, el chato viaja 9 de los 12 meses que tiene el año sólo para capturar momentos como ese que tiene allá arribita. Puede entrar a su pa´gina y revisar sus proyectos aquí.

4 de noviembre de 2010

De colores

Sé que usted es muy perspicaz, querido lector, pero aun así intentaré que averigüe qué es esto o que pasará después de la primera imagen. Se supone que es una broma, pero una broma artística, desde mi punto de vista.

Pasos 1, 2 y 3: usted va a la papelería y compra una caja de crayones, luego los corta hasta las puntas y los coloca como se muestra en la foto, finalmente abre el auto y acciona la palanca de los limpiadores.



Pasos 4, 5 y 6: usted se esconde detrás de unos arbustos, luego la víctima se sube a su auto y, como los crayones no se ven (y están calientes y aguados por el sol), cuando lo enciende se sorprende de lo que le pasa a su parabrisas, finalmente usted sale y, sonriente, confiesa su travesura.



Es como la clásica de embarrar jabón en el parabrisas, pero con más caché y un poco de tendencia sexual (aunque siempre puede cambiar la combinación de crayones).

3 de noviembre de 2010

El yugo


Escribí este texto hace unos días, hereje lector, mientras escuchaba un sermón de un padre, en una iglesia del Distrito Federal. Ha de saber que mi fe no anda muy bien estos días, de hecho no lo ha estado desde hace varios años, cuando me di cuenta de que dios... no existe.

Ahora estoy en esta banca de madera y veo a dos señoras, de unos 50 años, que primero se echaron la culpa por haber pecado y golpearon sus pechos mientras en su rostro se dibujaba un rictus de sufrimiento. Luego cantaron con esas voces chillonas algo así como "sin ti no hay vida". (¡Vaya sufrimiento!). Después, una de ellas leyó a San "Algo" y la otra pidió la limosna; la canastilla quedo medio vacía (pinche crisis).

Pero lo que mas me llamó la atención de estas dos señoras fue la soledad que transmitían: se entiende que son dos amigas, o tal vez hermanas, viejas, incluso viudas, se entiende también que dedican su vida a la iglesia, pues se mueven a voluntad en el recinto y, sobre todo, cada vez que el sacerdote daba una opinión, ellas asentían positivamente con la cabeza...

(Bajo ese yugo invisible de los borregos, frente al pastor).

1 de noviembre de 2010

28 de octubre de 2010

Luto (día 1)

Usted no está para saberlo ni yo para contarlo, lector, así que no diré nada más que The Warbrum estará de luto hoy y mañana.



IG de P

Al fin encontraste la luz.

27 de octubre de 2010

Peña Nieto, ¿cerdo?


Vea nada más, lector, tómese 10 minutos para analizar este video. Dese cuenta de la porquería de personas que existen en este país. No hay que olvidar estas cosas. Tengamos presente que la escoria priísta (no digo que los panistas y los perredistas no lo sean) sigue y seguirá viva mientras no pongamos un alto.

26 de octubre de 2010

Al revés

Me encontré, mientras navegaba por esta enorme red llamada internet, con una campaña que hizo la agencia Leo Burnett para la marca Lego, que usted, culto lector, debe conocer. Si no, le recuerdo que es una compañía que se dedica a hacer juguetes armables (sí, piezas que se unen para formar algo). Estos juguetes tienen diseños preestablecidos y hay que seguir un instructivo para tener un barco, una navecita especial (con todo y sus tripulantes) o un tractor (con todo y su chofer).

Bueno, la idea de los de Leo Burnett es muy clara; la campaña, sumamente ingeniosa, sencilla y catchy. A ver qué opina usted. Desde mi punto de vista, va dirigida a todos aquellos que creen saber hacer las cosas sin leer el instructivo, ¿le suena?


25 de octubre de 2010

Huracán

Estimado lector, The Warbrum ha recibido, en exclusiva, una foto impresionante. Usted, que siempre está informado del acontecer nacional, debe recordar que hace unas semanas, un huracán azotó Veracruz, causando destrozos y pérdidas terribles. Aunque ya es nota pasada, quiero mostrarles esta imagen de la entrada del huracán al puerto.


NOTA: El Huracán fue el primer luchador en hacer una película en la historia del cine mexicano y falleció en el 2006.

22 de octubre de 2010

Pequeña equivocación

Usted sabe, lector, que a veces las personas no se entienden. Y esto es normal, ¿no? Porque aunque vivamos en el mismo país o hablemos el mismo idioma, cada cabeza es un mundo y la idea de la vida o de cualquier punto de la misma varía de individuo a individuo.

Lamentablemente, muchas veces uno debe ser claro en lo que necesita, en lo que dice, en lo que pide o en lo que quiere, porque si no, es probable que las cosas resulten harto contraproducentes y en ocasiones el daño puede ser irreversible, como cuando uno pide un servicio. Imagine que llega al doctor (al cirujano plástico) y le pide que le haga tal y cual procedimiento. Usted se va a su casa pensando que después de la operación será un ejemplo de belleza mundial. Llega el día y está seguro y tranquilo, porque ya le explicó al cirujano cómo quiere verse. Sin embargo, cuando se le va la anestesia y se para frente al espejo, es usted un bodrio. Terrible, ¿no?

Eso mismo le pasó a esta señora, que pidió que "le subieran las nalgas".



Sea claro, lector, ¡sea claro!

21 de octubre de 2010

Dos grandes


Rescato una anécdota que me contó el tenor Mauro Calderón, cuya nueva página ya está en línea, visítela aquí, lector.

En este país llamado México hay dos hombres: el primero está viviendo su año 100; el segundo, su 71. Los dos son importantes: el primero, porque es el último gran compositor de música mexicana que sigue respirando; el segundo, porque es el hombre más rico del mundo. Estoy seguro, querido lector, que conoce el nombre del magnate, pero no el del músico, Manuel Esperón.

Resulta que el hermano de Don Carlos está muy enfermo, y como anhelaba conocer al maestro Esperón, se organizó una visita a su casa. Todo esto fue posible porque Carlos Jr. estuvo en contacto con Esperón y organizó un homenaje para él hace algunos meses. El caso es que llegaron a la casa del hermano de Don Carlos, Manolito, su esposa, sus hijas y Mauro (quien es el intérprete oficial de la música del maestro). Ahí ya los esperaban Carlos Slim y su hermano.

Todo fue genial. Una tarde de música (en concierto privado, como debe ser) que duró seis horas entre peticiones, tequilitas y buena conversación. Don Carlos estaba entrado en la plática, hablando de sus proyectos, de cómo la música le recordaba tiempos pasados; sue hermano, feliz por lo que estaba sucediendo; y los demás disfrutando de la velada.

En eso, el maestro Esperón, de la nada, se voltea con su esposa, y dice: "Bueno, ya vámonos, ¿no?". A lo cual le siguió un sentimiento de pena ajena inmensa y, por supuesto, una disculpa dirigida al señor Slim, quien con la humildad que (dicen) que lo caracteriza, respondió que no había problema y que entendía la situación.

Moraleja: no importa cuanto dinero tengas, si un viejito de 100 años se quiere ir, te lo dirá de frente, así que tómalo con filosofía.

20 de octubre de 2010

Robo (parte 2)

(Si no leyó la entrada de ayer, revísela. Pa' que entienda).


El señor, el tipo del machete y el niño guía iban en caravana para sorprender a los ladrones cuando, tal vez por sospecha (pues los tres estaban expectantes) o por chisme, otro carnal se les acercó:

- ¿Qué pasa?, qué buscan o qué? - preguntó.

Entonces contaron la historia de nuevo. El carnal se quedó pensativo, sacó una placa (que parecía falsa, pero no lo era) y después dijo:

- Pues yo soy policía judicial, ¡les ayudo!

Ahora iban los cuatro, dispuestos a hacer justicia. Los "cacos" estaban viendo el golpe que tenía su coche y esto les dio oportunidad a los vigilantes de sorprenderlos y ajustar cuentas. El señor, insisto, aún con su piernita lisiada, se acercó a uno y le asestó un buen golpe, mientras los otros amagaban al segundo y el niño de la bici observaba con orgullo. El ladrón número uno suplicaba:

- Ya, carnal, era para sacar pa' mi gasolina - decía mientras el afectado, enfurecido fintaba un segundo golpe.
- Pues te salió muy caro el chistecito, cabrón, porque ese de allá es policía- amenazó.

Para no hacerle el cuento largo, querido lector, los asaltantes terminaron pidiendo perdón. Evidentemente el asaltado recuperó tanto su cadenita como la esclava y, por si fuera poco, en vez de los 30 pesos que le habían robado, le regresaron 50.

Sin duda esto es una muestra de que para ser ladrón, aunque sea de parque, se necesita cierto profesionalismo. Además, uno no caga donde come, con esto quiero decir que, si alguna vez piensa que lo de la "asaltada" es lo suyo, hágalo lejos de su casa, no vaya a ser que sus víctimas se tornen valientes (como ya es costumbre en algunas zonas de México) y decidan ir a darle una lección.

NOTA: es probable que hay omitido o exagerado algunos detalles. Si quien contó esta historia lo nota, entienda que mi memoria no es fotográfica, pero la esencia de la anécdota se rescató, ¿a poco no?

19 de octubre de 2010

Robo (parte 1)

Rescato esta anécdota que salió a la luz el sábado, en una agradable charla con amigos.



El señor tuvo un accidente que dejó estragos en su pierna, por eso tenía que ir a rehabilitación. Tomaba su terapia en una alberca porque así le dolía menos. Esta vez no llevaba coche, sólo los 30 pesos que, en ese entonces, le alcanzaban para dos tortas, un refresco y el pasaje del camión. Cuando salió de la terapia y se dirigía al puesto de tortas, dos personas salieron de un parque aledaño: uno, armado con una varilla; otro, con un ladrillo.

- ¡Cáele con lo que traigas, cabrón! - exclamaron, finos y caballerosos.

El señor, resignado, les entregó una cadenita, la esclava que su mujer le había regalado y, por supuesto, los treinta pesos. Pasó junto al puesto de tortas y la señora, que lo reconoció y notó que estaba un tanto afligido, le preguntó qué había pasado. Él contó la historia.

- Sí, dos chavos, esos hijos de la chingada viven en los edificios de allá - explicó la amigable tortera.



Un tipo, ajeno a la conversación (chismoso), que había escuchado todo, le dijo al afectado:

- ¿Qué onda? Traigo un machete en el coche, ¿vamos?
- Pues vamos - contestó el otro sin pensarlo mucho.

El señor tomó el machete de la cajuela del tipo. Era un artefacto enorme, pesado. Se encaminaron juntos hacia los edificios antes mencionados y vieron que, en efecto, los sujetos vivían allí, pero ya estaban subiéndose a su coche. Los siguieron en el auto del tipo y, cuando se puso la luz roja, el señor se bajó, machete en mano (aunque cojeando) y le reventó la ventana a uno de los ladrones. El que iba manejando se asustó y aceleró; se embarró contra un microbus, pero después logró huir.



En la confusión, un chavo que iba en bicicleta se acercó a preguntar qué había pasado. Le contaron la historia. Se quedó pensando y luego dijo:

- Ah sí, esos, están allá, viendo lo de su golpe, los acabo de ver, si quieren los llevo.


CONTINUARÁ (mañana)

18 de octubre de 2010

Y esto, ¿qué?

A veces, querido lector, me pregunto por qué el ser humano hace cosas tontas. Dígame qué sentido tiene crear una guitarra que a duras penas podrá ser utilizada. Estoy de acuerdo, no todo debe tener un uso específico, tal vez sólo puede ser decorativo o algo así, pero, ¿esto? Esto es feo, cero funcional y ocioso.

Por eso, lector, no hay que ser holgazán, para que nuestras mentes no divaguen con cosas raras.

15 de octubre de 2010

¿Qué dice tu expediente?


En verdad no entiendo por qué muchas personas hablan de la servidumbre como si estas personas fueran objetos. Es muy clásico escuchar a una señora preguntándole a otra: "Oye, ¿me prestas a tu muchacha este fin?". ¿De qué se trata? No es como si le pidieran una pluma, es un ser humano, ¿o no?

Lo peor de todo es que no queda ahí. Una empresa, cliente de la editorial en la que trabajo, se dedica a colocar a personal doméstico en las casas. Es un negocio redondo, ya que administran a estas personas y además le garantizan a sus clientes que están contratando a alguien de confianza. Hasta ahí todo bien. Luego vi la pauta publicitaria que mandaron; abajo a la izquierda, en letras blancas medianas y fondo negro, se podía leer: "El personal se entrega con expediente".

¡Jijos de la...! Me pregunto por qué no habrán puesto: "Su criada tiene dos años de garantía" o algo por el estilo. Obviamente le dije al director general que no volviéramos a pautar a esa empresa, de nombre MAE, y obviamente el director general se rió de mí.

14 de octubre de 2010

Sobrevivir


Resulta que un día colapsó una mina de uranio en el Bajío mexicano. A pesar de las irregularidades que tenía (no medidas de seguridad, bajos salarios, explotación, etc.), el gobierno local, presionado por el federal (porque el dueño es primo del hermano del presidente -o algo así-), permitió que siguiera con sus operaciones. Evidentemente el dinero fluía para todos hasta que, ¡pum, tras, toing!, colapsó.

El incidente llamó la atención de los medios de comunicación. Entonces el gobierno local llamó al federal y le comentó lo que pasaba. El gobierno federal lanzó una campaña mediática donde se decía que habían agarrado a uno de los narcotraficantes más buscados de México (y todo el país aplaudió y olvidó el incidente de la mina).

Un mes después, los mineros atrapados, que eran 33, lograron enviar un mensaje al exterior diciendo que afortunadamente uno de ellos había llevado suficientes tortas y tacos de canasta para que pudieran sobrevivir. Además, otro había estado haciendo un guardadito de Coca Cola y mezcal en una de las cavernas subterráneas. Que si los ayudaban a salir. Una vez más, los medios de comunicación entraron al juego, y ahora el gobierno local le dijo al federal que había que hacer algo al respecto.

Como era tiempo de festejos bicentenarios, el presupuesto estaba corto. Además, el dueño de la mina había huído a Canadá. Los mineros tendrían que esperar. Mientras, TV Azteca entrevistaba a los familiares y les preguntaba que si estaban sufriendo y por qué, y Televisa lograba introducir una cámara de alta tecnología para que López Dóriga y Loret de Mola pudieran narrar los hechos que sucedían a unos 20 metros bajo tierra.

Pasó un mes más y el país estaba conmocionado. "Minero al 21111", decían los anuncios de televisión. Laura Bozo encontraba historias torcidas: la esposa de un minero huyó con el capataz, el hijo de otro sedujo a la hija del gobernador, etc. Adentro, las Cocas y las tortas se estaban acabando. Entonces un ingeniero desconocido del IPN dijo que podía hacer una cápsula que excavaría 20 centímetros diarios y podrían sacarlos en poco más de tres meses.

Todos festejaron la idea y los trámites burocráticos comenzaron. ¿Quién autorizaría el proyecto? Estaba de vacaciones. Pasaron cinco días y por fin firmó. Se organizó una licitación, que ganó la empresa de tecnología del primo de un senador federal y, dos meses después de la iniciativa, se inició la construcción de la cápsula, que tardó un mes más. A estas alturas el rating de las notas de mineros había bajado, ya ningún anunciante pagaba por pautas y las televisoras lo olvidaron, al igual que la gente.

Sin embargo, los trabajos de rescate continuaron y, un año después del incidente (el colapso), los rescatistas entraron a la mina y encontraron los cascos de vidrio, llenos de polvo, y una canasta en la que alguna vez hubo tacos sudados.

Mejor ser minero en Chile, ¿ve?

12 de octubre de 2010

Miradas


Con relación a la entrada de ayer (si no la leyó eche un vistazo abajo) un amigo me hizo un comentario. O bueno, me hizo dos: el primero tiene que ver con los motivos que tuve para escribirla. La verdad, lector, es que ayer, después de bañarme en el vestidor del club, me vi paseándome totalmente desnudo sin importarme lo que sucediera, hasta que noté que uno de los compañeros se hacía güey y trataba de observarme (allí donde le cuento) a través del espejo.

El segundo tenía que ver con los códigos de conducta en el vestidor. Yo aseguraba que no había pudor alguno, y eso puede ser cierto, pero mi amigo me dijo una verdad "muy verdaderísima", y es que, "uno de los códigos o reglas no escritas en el vestidor de hombres es, sin duda, verse a los ojos". Tal vez eso pudo haber existido hace unos años, cuando aún pisaban esta tierra los "caballeros" respetuosos y las ideas preconcebidas eran el pan nuestro de cada día.

Hoy, vivimos en una sociedad donde eso se ha ido perdiendo poco a poco. Hoy, tenemos "caballeras". Hoy, el verse a los ojos ha dejado de ser una cortesía, se ha olvidado. Hoy, por lo que a mí experiencia (la que le conté en el primer párrafo) respecta, el nuevo código es, para algunos, verse "al ojo".

11 de octubre de 2010

Pajaritos


El título de mi entrada no tiene que ver con lo que pensó: un lugar arbolado, con un sol resplandeciente, un viento fresco, un cielo azul y varia aves de colores "cantando" melodías dulces. Bueno, los dos sabemos que usted es un hipócrita y no pensó eso, ¿verdad? Entonces sí tiene que ver con sus sucias ideas, lector.

Resulta que estar en un club deportivo (y ser una persona limpia) supone bañarse después de la actividad física que se realice. Bañarse entonces quiere decir que tendrá que ir al vestidor y encuerarse frente a los demás usuarios. Esta vez no puedo ser muy general, puesto que no tengo idea cómo sea el caso de las mujeres (aunque algunas dicen que ahí reina el pudor, he recibido comentarios encontrados) pero sí el de los machines.

Es cagado, lector, que los hombres se pasean sin pena alguna, con el badajo descubierto. Pero más cagado aún es que muchos también observan a los demás. ¿A qué se deberá? Tal vez porque quieren compararse, tal vez porque en el fondo les gusta ser unos voyeuristas, en el peor de los casos (porque pobres de los que no) tienen otras preferencias y se sabrosean a los compañeros.

En los vestidores se ve de todo, desde el peludo hasta el lampiño, el encorvado y el flojito, el minimosca y el peso completo. Vaya, si es usted observador de aves, se dará un festín.

7 de octubre de 2010

Unas moneditas pa'l músico


Me llegó un correo muy interesante. Resulta que una mañana fría de enero, en el metro de Washington, D.C., un músico puso su sombrerito a sus pies, tomó su violín y comenzó a tocar las melodías que se sabía: Bach, Schubert, Massenet...

Eran las 8 de la mañana, hora pico. La gente se arremolinaba para entrar y salir de los vagones. Muchos lo veían, sin duda, pero pocos le prestaron atención, y menos le dieron una que otra moneda. Tocó durante 45 minutos y logró reunir 32 dólares.

El violinista era Joshua Bell (reconocido mundialmente -vaya al link para averiguar más sobre él-), quien interpretó las composiciones con un Stradivarius de 1713 valorado en 3.5 millones de dólares. Además, dos días antes de esto, los boletos para su próximo concierto, que por cierto costaban más de 100 dólares cada uno, se habían agotado.

Y usted se preguntará, lector, ¿por qué lo hizo? Pues fue parte de una investigación y prueba del Washington Post para conocer la percepción, el gusto y las prioridades de la gente, los cuales evidentemente no se inclinan por la música interpretada con un violín...

6 de octubre de 2010

¡Usté cávele!

México es un país grandioso. Tiene lugares increíbles, una cultura antiquísima, la mejor gastronomía del mundo (claro que eso es una opinión muy mía) y las incongruencias más impresionantes. Vea esta foto, lector.

¿Ve ese poste amarillo donde muy claramente dice "no construir"? Bueno, pues está ahí porque debajo de él hay unos ductos de Pemex. La verdad no sé qué transporten, pero las indicaciones que usted no alcanza a ver en el letrero del poste también especifican que hay peligro y que NO se debe excavar.

Ajá, ¿y luego? Pues nada, resulta que justo en ese lugar, hace algunos años, se tuvieron que hacer hoyos profundísimos para meter los cimientos de las columnas que usted puede ver al fondo. Por supuesto, también se construyeron los puentes (que usted puede ver al fondo y los que están arriba y usted no puede ver).