28 de octubre de 2010

Luto (día 1)

Usted no está para saberlo ni yo para contarlo, lector, así que no diré nada más que The Warbrum estará de luto hoy y mañana.



IG de P

Al fin encontraste la luz.

27 de octubre de 2010

Peña Nieto, ¿cerdo?


Vea nada más, lector, tómese 10 minutos para analizar este video. Dese cuenta de la porquería de personas que existen en este país. No hay que olvidar estas cosas. Tengamos presente que la escoria priísta (no digo que los panistas y los perredistas no lo sean) sigue y seguirá viva mientras no pongamos un alto.

26 de octubre de 2010

Al revés

Me encontré, mientras navegaba por esta enorme red llamada internet, con una campaña que hizo la agencia Leo Burnett para la marca Lego, que usted, culto lector, debe conocer. Si no, le recuerdo que es una compañía que se dedica a hacer juguetes armables (sí, piezas que se unen para formar algo). Estos juguetes tienen diseños preestablecidos y hay que seguir un instructivo para tener un barco, una navecita especial (con todo y sus tripulantes) o un tractor (con todo y su chofer).

Bueno, la idea de los de Leo Burnett es muy clara; la campaña, sumamente ingeniosa, sencilla y catchy. A ver qué opina usted. Desde mi punto de vista, va dirigida a todos aquellos que creen saber hacer las cosas sin leer el instructivo, ¿le suena?


25 de octubre de 2010

Huracán

Estimado lector, The Warbrum ha recibido, en exclusiva, una foto impresionante. Usted, que siempre está informado del acontecer nacional, debe recordar que hace unas semanas, un huracán azotó Veracruz, causando destrozos y pérdidas terribles. Aunque ya es nota pasada, quiero mostrarles esta imagen de la entrada del huracán al puerto.


NOTA: El Huracán fue el primer luchador en hacer una película en la historia del cine mexicano y falleció en el 2006.

22 de octubre de 2010

Pequeña equivocación

Usted sabe, lector, que a veces las personas no se entienden. Y esto es normal, ¿no? Porque aunque vivamos en el mismo país o hablemos el mismo idioma, cada cabeza es un mundo y la idea de la vida o de cualquier punto de la misma varía de individuo a individuo.

Lamentablemente, muchas veces uno debe ser claro en lo que necesita, en lo que dice, en lo que pide o en lo que quiere, porque si no, es probable que las cosas resulten harto contraproducentes y en ocasiones el daño puede ser irreversible, como cuando uno pide un servicio. Imagine que llega al doctor (al cirujano plástico) y le pide que le haga tal y cual procedimiento. Usted se va a su casa pensando que después de la operación será un ejemplo de belleza mundial. Llega el día y está seguro y tranquilo, porque ya le explicó al cirujano cómo quiere verse. Sin embargo, cuando se le va la anestesia y se para frente al espejo, es usted un bodrio. Terrible, ¿no?

Eso mismo le pasó a esta señora, que pidió que "le subieran las nalgas".



Sea claro, lector, ¡sea claro!

21 de octubre de 2010

Dos grandes


Rescato una anécdota que me contó el tenor Mauro Calderón, cuya nueva página ya está en línea, visítela aquí, lector.

En este país llamado México hay dos hombres: el primero está viviendo su año 100; el segundo, su 71. Los dos son importantes: el primero, porque es el último gran compositor de música mexicana que sigue respirando; el segundo, porque es el hombre más rico del mundo. Estoy seguro, querido lector, que conoce el nombre del magnate, pero no el del músico, Manuel Esperón.

Resulta que el hermano de Don Carlos está muy enfermo, y como anhelaba conocer al maestro Esperón, se organizó una visita a su casa. Todo esto fue posible porque Carlos Jr. estuvo en contacto con Esperón y organizó un homenaje para él hace algunos meses. El caso es que llegaron a la casa del hermano de Don Carlos, Manolito, su esposa, sus hijas y Mauro (quien es el intérprete oficial de la música del maestro). Ahí ya los esperaban Carlos Slim y su hermano.

Todo fue genial. Una tarde de música (en concierto privado, como debe ser) que duró seis horas entre peticiones, tequilitas y buena conversación. Don Carlos estaba entrado en la plática, hablando de sus proyectos, de cómo la música le recordaba tiempos pasados; sue hermano, feliz por lo que estaba sucediendo; y los demás disfrutando de la velada.

En eso, el maestro Esperón, de la nada, se voltea con su esposa, y dice: "Bueno, ya vámonos, ¿no?". A lo cual le siguió un sentimiento de pena ajena inmensa y, por supuesto, una disculpa dirigida al señor Slim, quien con la humildad que (dicen) que lo caracteriza, respondió que no había problema y que entendía la situación.

Moraleja: no importa cuanto dinero tengas, si un viejito de 100 años se quiere ir, te lo dirá de frente, así que tómalo con filosofía.

20 de octubre de 2010

Robo (parte 2)

(Si no leyó la entrada de ayer, revísela. Pa' que entienda).


El señor, el tipo del machete y el niño guía iban en caravana para sorprender a los ladrones cuando, tal vez por sospecha (pues los tres estaban expectantes) o por chisme, otro carnal se les acercó:

- ¿Qué pasa?, qué buscan o qué? - preguntó.

Entonces contaron la historia de nuevo. El carnal se quedó pensativo, sacó una placa (que parecía falsa, pero no lo era) y después dijo:

- Pues yo soy policía judicial, ¡les ayudo!

Ahora iban los cuatro, dispuestos a hacer justicia. Los "cacos" estaban viendo el golpe que tenía su coche y esto les dio oportunidad a los vigilantes de sorprenderlos y ajustar cuentas. El señor, insisto, aún con su piernita lisiada, se acercó a uno y le asestó un buen golpe, mientras los otros amagaban al segundo y el niño de la bici observaba con orgullo. El ladrón número uno suplicaba:

- Ya, carnal, era para sacar pa' mi gasolina - decía mientras el afectado, enfurecido fintaba un segundo golpe.
- Pues te salió muy caro el chistecito, cabrón, porque ese de allá es policía- amenazó.

Para no hacerle el cuento largo, querido lector, los asaltantes terminaron pidiendo perdón. Evidentemente el asaltado recuperó tanto su cadenita como la esclava y, por si fuera poco, en vez de los 30 pesos que le habían robado, le regresaron 50.

Sin duda esto es una muestra de que para ser ladrón, aunque sea de parque, se necesita cierto profesionalismo. Además, uno no caga donde come, con esto quiero decir que, si alguna vez piensa que lo de la "asaltada" es lo suyo, hágalo lejos de su casa, no vaya a ser que sus víctimas se tornen valientes (como ya es costumbre en algunas zonas de México) y decidan ir a darle una lección.

NOTA: es probable que hay omitido o exagerado algunos detalles. Si quien contó esta historia lo nota, entienda que mi memoria no es fotográfica, pero la esencia de la anécdota se rescató, ¿a poco no?

19 de octubre de 2010

Robo (parte 1)

Rescato esta anécdota que salió a la luz el sábado, en una agradable charla con amigos.



El señor tuvo un accidente que dejó estragos en su pierna, por eso tenía que ir a rehabilitación. Tomaba su terapia en una alberca porque así le dolía menos. Esta vez no llevaba coche, sólo los 30 pesos que, en ese entonces, le alcanzaban para dos tortas, un refresco y el pasaje del camión. Cuando salió de la terapia y se dirigía al puesto de tortas, dos personas salieron de un parque aledaño: uno, armado con una varilla; otro, con un ladrillo.

- ¡Cáele con lo que traigas, cabrón! - exclamaron, finos y caballerosos.

El señor, resignado, les entregó una cadenita, la esclava que su mujer le había regalado y, por supuesto, los treinta pesos. Pasó junto al puesto de tortas y la señora, que lo reconoció y notó que estaba un tanto afligido, le preguntó qué había pasado. Él contó la historia.

- Sí, dos chavos, esos hijos de la chingada viven en los edificios de allá - explicó la amigable tortera.



Un tipo, ajeno a la conversación (chismoso), que había escuchado todo, le dijo al afectado:

- ¿Qué onda? Traigo un machete en el coche, ¿vamos?
- Pues vamos - contestó el otro sin pensarlo mucho.

El señor tomó el machete de la cajuela del tipo. Era un artefacto enorme, pesado. Se encaminaron juntos hacia los edificios antes mencionados y vieron que, en efecto, los sujetos vivían allí, pero ya estaban subiéndose a su coche. Los siguieron en el auto del tipo y, cuando se puso la luz roja, el señor se bajó, machete en mano (aunque cojeando) y le reventó la ventana a uno de los ladrones. El que iba manejando se asustó y aceleró; se embarró contra un microbus, pero después logró huir.



En la confusión, un chavo que iba en bicicleta se acercó a preguntar qué había pasado. Le contaron la historia. Se quedó pensando y luego dijo:

- Ah sí, esos, están allá, viendo lo de su golpe, los acabo de ver, si quieren los llevo.


CONTINUARÁ (mañana)

18 de octubre de 2010

Y esto, ¿qué?

A veces, querido lector, me pregunto por qué el ser humano hace cosas tontas. Dígame qué sentido tiene crear una guitarra que a duras penas podrá ser utilizada. Estoy de acuerdo, no todo debe tener un uso específico, tal vez sólo puede ser decorativo o algo así, pero, ¿esto? Esto es feo, cero funcional y ocioso.

Por eso, lector, no hay que ser holgazán, para que nuestras mentes no divaguen con cosas raras.

15 de octubre de 2010

¿Qué dice tu expediente?


En verdad no entiendo por qué muchas personas hablan de la servidumbre como si estas personas fueran objetos. Es muy clásico escuchar a una señora preguntándole a otra: "Oye, ¿me prestas a tu muchacha este fin?". ¿De qué se trata? No es como si le pidieran una pluma, es un ser humano, ¿o no?

Lo peor de todo es que no queda ahí. Una empresa, cliente de la editorial en la que trabajo, se dedica a colocar a personal doméstico en las casas. Es un negocio redondo, ya que administran a estas personas y además le garantizan a sus clientes que están contratando a alguien de confianza. Hasta ahí todo bien. Luego vi la pauta publicitaria que mandaron; abajo a la izquierda, en letras blancas medianas y fondo negro, se podía leer: "El personal se entrega con expediente".

¡Jijos de la...! Me pregunto por qué no habrán puesto: "Su criada tiene dos años de garantía" o algo por el estilo. Obviamente le dije al director general que no volviéramos a pautar a esa empresa, de nombre MAE, y obviamente el director general se rió de mí.

14 de octubre de 2010

Sobrevivir


Resulta que un día colapsó una mina de uranio en el Bajío mexicano. A pesar de las irregularidades que tenía (no medidas de seguridad, bajos salarios, explotación, etc.), el gobierno local, presionado por el federal (porque el dueño es primo del hermano del presidente -o algo así-), permitió que siguiera con sus operaciones. Evidentemente el dinero fluía para todos hasta que, ¡pum, tras, toing!, colapsó.

El incidente llamó la atención de los medios de comunicación. Entonces el gobierno local llamó al federal y le comentó lo que pasaba. El gobierno federal lanzó una campaña mediática donde se decía que habían agarrado a uno de los narcotraficantes más buscados de México (y todo el país aplaudió y olvidó el incidente de la mina).

Un mes después, los mineros atrapados, que eran 33, lograron enviar un mensaje al exterior diciendo que afortunadamente uno de ellos había llevado suficientes tortas y tacos de canasta para que pudieran sobrevivir. Además, otro había estado haciendo un guardadito de Coca Cola y mezcal en una de las cavernas subterráneas. Que si los ayudaban a salir. Una vez más, los medios de comunicación entraron al juego, y ahora el gobierno local le dijo al federal que había que hacer algo al respecto.

Como era tiempo de festejos bicentenarios, el presupuesto estaba corto. Además, el dueño de la mina había huído a Canadá. Los mineros tendrían que esperar. Mientras, TV Azteca entrevistaba a los familiares y les preguntaba que si estaban sufriendo y por qué, y Televisa lograba introducir una cámara de alta tecnología para que López Dóriga y Loret de Mola pudieran narrar los hechos que sucedían a unos 20 metros bajo tierra.

Pasó un mes más y el país estaba conmocionado. "Minero al 21111", decían los anuncios de televisión. Laura Bozo encontraba historias torcidas: la esposa de un minero huyó con el capataz, el hijo de otro sedujo a la hija del gobernador, etc. Adentro, las Cocas y las tortas se estaban acabando. Entonces un ingeniero desconocido del IPN dijo que podía hacer una cápsula que excavaría 20 centímetros diarios y podrían sacarlos en poco más de tres meses.

Todos festejaron la idea y los trámites burocráticos comenzaron. ¿Quién autorizaría el proyecto? Estaba de vacaciones. Pasaron cinco días y por fin firmó. Se organizó una licitación, que ganó la empresa de tecnología del primo de un senador federal y, dos meses después de la iniciativa, se inició la construcción de la cápsula, que tardó un mes más. A estas alturas el rating de las notas de mineros había bajado, ya ningún anunciante pagaba por pautas y las televisoras lo olvidaron, al igual que la gente.

Sin embargo, los trabajos de rescate continuaron y, un año después del incidente (el colapso), los rescatistas entraron a la mina y encontraron los cascos de vidrio, llenos de polvo, y una canasta en la que alguna vez hubo tacos sudados.

Mejor ser minero en Chile, ¿ve?

12 de octubre de 2010

Miradas


Con relación a la entrada de ayer (si no la leyó eche un vistazo abajo) un amigo me hizo un comentario. O bueno, me hizo dos: el primero tiene que ver con los motivos que tuve para escribirla. La verdad, lector, es que ayer, después de bañarme en el vestidor del club, me vi paseándome totalmente desnudo sin importarme lo que sucediera, hasta que noté que uno de los compañeros se hacía güey y trataba de observarme (allí donde le cuento) a través del espejo.

El segundo tenía que ver con los códigos de conducta en el vestidor. Yo aseguraba que no había pudor alguno, y eso puede ser cierto, pero mi amigo me dijo una verdad "muy verdaderísima", y es que, "uno de los códigos o reglas no escritas en el vestidor de hombres es, sin duda, verse a los ojos". Tal vez eso pudo haber existido hace unos años, cuando aún pisaban esta tierra los "caballeros" respetuosos y las ideas preconcebidas eran el pan nuestro de cada día.

Hoy, vivimos en una sociedad donde eso se ha ido perdiendo poco a poco. Hoy, tenemos "caballeras". Hoy, el verse a los ojos ha dejado de ser una cortesía, se ha olvidado. Hoy, por lo que a mí experiencia (la que le conté en el primer párrafo) respecta, el nuevo código es, para algunos, verse "al ojo".

11 de octubre de 2010

Pajaritos


El título de mi entrada no tiene que ver con lo que pensó: un lugar arbolado, con un sol resplandeciente, un viento fresco, un cielo azul y varia aves de colores "cantando" melodías dulces. Bueno, los dos sabemos que usted es un hipócrita y no pensó eso, ¿verdad? Entonces sí tiene que ver con sus sucias ideas, lector.

Resulta que estar en un club deportivo (y ser una persona limpia) supone bañarse después de la actividad física que se realice. Bañarse entonces quiere decir que tendrá que ir al vestidor y encuerarse frente a los demás usuarios. Esta vez no puedo ser muy general, puesto que no tengo idea cómo sea el caso de las mujeres (aunque algunas dicen que ahí reina el pudor, he recibido comentarios encontrados) pero sí el de los machines.

Es cagado, lector, que los hombres se pasean sin pena alguna, con el badajo descubierto. Pero más cagado aún es que muchos también observan a los demás. ¿A qué se deberá? Tal vez porque quieren compararse, tal vez porque en el fondo les gusta ser unos voyeuristas, en el peor de los casos (porque pobres de los que no) tienen otras preferencias y se sabrosean a los compañeros.

En los vestidores se ve de todo, desde el peludo hasta el lampiño, el encorvado y el flojito, el minimosca y el peso completo. Vaya, si es usted observador de aves, se dará un festín.

7 de octubre de 2010

Unas moneditas pa'l músico


Me llegó un correo muy interesante. Resulta que una mañana fría de enero, en el metro de Washington, D.C., un músico puso su sombrerito a sus pies, tomó su violín y comenzó a tocar las melodías que se sabía: Bach, Schubert, Massenet...

Eran las 8 de la mañana, hora pico. La gente se arremolinaba para entrar y salir de los vagones. Muchos lo veían, sin duda, pero pocos le prestaron atención, y menos le dieron una que otra moneda. Tocó durante 45 minutos y logró reunir 32 dólares.

El violinista era Joshua Bell (reconocido mundialmente -vaya al link para averiguar más sobre él-), quien interpretó las composiciones con un Stradivarius de 1713 valorado en 3.5 millones de dólares. Además, dos días antes de esto, los boletos para su próximo concierto, que por cierto costaban más de 100 dólares cada uno, se habían agotado.

Y usted se preguntará, lector, ¿por qué lo hizo? Pues fue parte de una investigación y prueba del Washington Post para conocer la percepción, el gusto y las prioridades de la gente, los cuales evidentemente no se inclinan por la música interpretada con un violín...

6 de octubre de 2010

¡Usté cávele!

México es un país grandioso. Tiene lugares increíbles, una cultura antiquísima, la mejor gastronomía del mundo (claro que eso es una opinión muy mía) y las incongruencias más impresionantes. Vea esta foto, lector.

¿Ve ese poste amarillo donde muy claramente dice "no construir"? Bueno, pues está ahí porque debajo de él hay unos ductos de Pemex. La verdad no sé qué transporten, pero las indicaciones que usted no alcanza a ver en el letrero del poste también especifican que hay peligro y que NO se debe excavar.

Ajá, ¿y luego? Pues nada, resulta que justo en ese lugar, hace algunos años, se tuvieron que hacer hoyos profundísimos para meter los cimientos de las columnas que usted puede ver al fondo. Por supuesto, también se construyeron los puentes (que usted puede ver al fondo y los que están arriba y usted no puede ver).

5 de octubre de 2010

Viaje al fondo del mar

Se dice que los océanos de la tierra son el territorio menos conocido del planeta. Vale decir: ¡vaya usté a saber qué hay en las profundidades! Y es lógico, pues no se han desarrollado las tecnologías necesarias para que el ser humano baje los miles de centímetros que existen entre la superficie y los fondos marinos. Sin embargo, a muchos lugares se han enviado submarinos a captar la fauna que sobrevive en esas tierras (arenas) olvidadas. Tal vez haya tenido la oportunidad de ver las especies extrañas que hay ahí, tal vez no, lo que sí le puedo decir es que las fotografías le mostrarán desde monstruos que parecen haber salido de una película de terror hasta formas espectaculares y bellas.

Las siguientes son fotos que los científicos del British Antartic Survey tomaron durante el Censo de Vida Marina, un proyecto de 10 años concebido para documentar la biodiversidad de los océanos y que cuenta con más de 2 mil 700 participantes de 80 naciones. Este proyecto termina esta semana.








1 de octubre de 2010

Para la ocasión


Espero que esté de acuerdo conmigo, lector, en que hay música para toda ocasión. Por ejemplo: en un día lluvioso se antoja Timber Timbre; en uno soleado, seguramente Punches; para una noche otoñal, de cielo despejado, Morcheeba; en el tráfico, desde Mount Kimbie hasta Caribou; ¿romance? Coltrane; ruptura, Sia; para la pachanga, Faithless...

Hay música para bodas, música para muertos, música para 15 años y no sé cuántos tipos de festejos más. La hay para elevadores, para salas de espera, para restaurantes. Está la que relaja, la que altera (metal y reggaeton, sin ofender), la que te pone alegre y la que hace que te hundas más en tus penas. Otra se baila, una más sólo se escucha y se siente.

Usted estará de acuerdo, lector. Y hoy que salí de casa una canción encajó perfecto para esta escena:

El cielo azul, sin una sola nube flotando. Al fondo, el sol justo arriba de las montañas y frente a eso, los edificios de la Ciudad de México. El aire limpio y frío pero el rayo del sol calentando poco a poco, como un amanecer en el bosque. escuche...