Es cierto que hasta al mejor cazador se le va la liebre. Esto quiere decir, perspicaz lector, que hasta los grandes la cagan, o que todos podemos cometer errores, pues. Pero hay cosas imperdonables, que suponen un suicidio social (artístico en este caso) y la humillación pública mundial, como ésta:
El coche fantasma
Hace 4 semanas
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