1 de agosto de 2011

Encuentre las diferencias

Estimado lector, no sé si usted sabe, pero hay un rapero que se hace llamar Jay-Z. El tipo es un fuera de serie, ha vendido más de 50 millones de copias de sus discos, ha recibido 13 Grammy, tiene una fortuna de casi 500 millones de dólares, es dueño (en parte) de los Nets de NJ y del Club 40/40, creó la línea de ropa Rocawear y tiene su propia disquera, Def Jam Recordings. Vaya, todo un modelito a seguir.


Supoengo que por eso, recientemente, en México, apareció su par, un individuo que se hace llamar Jay-C, quien le ha vendido discos a su mamá y sus tías, recibido el premio al esfuerzo en su escuela, tiene una deuda terrorífica con el banco, juega en un equipo de soccer llanero, toma chelas los viernes en la banqueta afuera de la tiendita de su barrio, puso un puesto de ropa de segunda mano en el tianguis de los domingos y utiliza su compu y discos vírgenes para grabar canciones.

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