27 de enero de 2011

Big lesson learned


¡Qué pinche molesto es llegar a un lugar con la mejor actitud y que te reciban con mala cara! Ayer fui a la tiendita, bajé del coche con una sonrisa (a pesar de que mi mañana no había sido la mejor) y di los buenos días a los que estaban parados afuera y a la señora de adentro. Ésta a duras penas contestó. ¿Habrá estado de malas? Me nefasteó e hizo enojar. Le hablé feo, golpeado. Casi le arrebaté mi conchas Bimbo (que por cierto no vuelvo a comprar, ¡guac!). Sin verla, estiré la mano para que me diera el cambio y me fui.

Cuando me subí al coche sentí una especie de golpe en el alma. Me quedé paralizado (ojos bien abiertos). ¿Y cuando yo lo he hecho? ¿Cuántas veces he arruinado momentos o desgastado relaciones por recibir así a alguien? Familia, amigos, novias...

Ya pasó un día.

Aprendí.

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