Resulta que en un tiempo lejano, fue casa de personajes poderosos, también fungió como cerrajería (por lo que a la entrada hay una placa hecha de llaves) y por último, y tal vez la mejor parte de este cuento, fue casa de citas, de las buenas. ¿Recuerda que hace cuatro líneas le dije que también tiene una lonchería? Bueno, pues esta parte del hotel se llama Olivia, en honor a la antigua madame del burdel.¿Qué tal? Además el lugar tiene una arquitectura muy agradable a la vista, está situado en una esquina relativamente tranquila, tiene buena cocina y mejor ambiente, aunque fresoide y loungerón, pero vale la pena.

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