10 de mayo de 2010

Ah, las bodas

Esto de las bodas (y las tornabodas) no es nada benéfico para los cuerpos de los asistentes, si no, pregúnteme a mí, estimado lector, que el sábado tuve que asistir a un evento de estos y que hoy, horas después, no puedo decir bien a bien cómo me llamo...

Claro que a esto hay que añadirle los años que este cuerpo lleva encima y tal vez unas cantidades un poco excesivas de Appleton Estate. Para rematar, después de la torna, una tarde de pelis que terminó a las 1 de la mañana (aunque bien valió la pena).

Conclusión, este cerebro no está para darles calidad en las letras, pero sí para pasarles un videito que tiene que ver con el tema.

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