12 de agosto de 2010

Vecinos

Apuéstole, querido lector, que ha tenido un vecino incómodo, de ésos que por una fiestecita ya están tocando la puerta y pidiéndole que le baje al volumen o de los que se quejan porque el perro se cagó en su pasto o porque su hijo le pegó al su coche nuevo con la bici. Sí, son una patada en los... bueno, son muy quejumbrosos. No aguantan nada, pues.

Pero hasta los vecinos más "molestosos" tienen su límite, como se evidenció en el siguiente video.

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