Acaba de pasar el bicentenario de nuestra Independencia y estamos a nada de conmemorar el centenario de nuestra Revolución. ¡Ah, qué dicha ser una nación libre y soberana! Por el título, patriota lector, podrá imaginar que le hablaré de cosas mexicanas, como los chiles en nogada, los sombreros de charro o el mariachi, pero mejor no, prefiero escribir de algo igual de tradicional... o más bien, común:
1. Borrachera: no le cuento qué es ni cuáles son sus consecuencias, porque si es usted mexicano ya sabrá de qué va el término. Sólo mencionaré el reciente acontecimiento (muy mexa) del chofer de metro. Este señor iba perfectamente alcoholizado conduciendo el tren. Los efectos del alcohol hicieron que olvidara de qué lado debía abrir las puertas y lo hizo del lado de las vías, lo cual provocó la molestia de los pasajeros... ¡No aguantan nada!
2. Lapidación: bueno, esto sobrepasa los límites del concepto anterior, pero como ya no es suficiente asesinar a tiros a los alcaldes de varios municipios, la onda ahora es atarlos, vendarles los ojos y usarlos de tiro al blanco, al más puro estilo de la época de JC o de nuestros contemporáneos musulmanes. El nuevo jueguito del narco: pedrada en la cabeza, 1000 puntos, tórax, 500; extremidades, 100...
3. Evasión: y no, no hablo de burlar al fisco, moroso lector, sino de evadir, con la mayor habilidad y cinismo, a las autoridades judiciales de un país, tal como lo hizo el hoy diputado Julio César Godoy Toscano, quien, a pesar de ser prófugo de la justicia, logró ingresar a la Cámara y tomar protesta, lo cual le garantizó el fuero que a su vez lo protegerá de las acusaciones en su contra.
¡Ah, qué bonito es poder festejar sabiendo que tenemos situaciones y personajes así! ¡Ah, qué chingón es saber que a nadie le importa! ¡Viva México, cabrones!
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