1 de febrero de 2011

No estaba muerto, andaba de taxista

Se dice que muchos de los grandes personajes que han muerto en los últimos años están en una isla recóndita, disfrutando de sus cuantiosas fortunas, tirados al sol en hamacas de tela suave y con la brisa del mar ambientando sus tardes eternas. Elvis, Saddam, John F., los 3 J (Janis, Jimmy y James) y demás...

Si es usted un potentado, sin duda recibirá una invitación para formar parte de este selecto grupo. Si no, mmm, ¿qué le digo?

Pero el caso es que de buena fuente sé de una celebridad que decidió rechazar tan tentadora oferta: Michael. Le dijeron, qué onda, y el dijo, nah. Decidió lanzarse a Brasil, a hacer realidad el sueño de toda su vida, ser taxista (claro, con una cirugía extra para pasar desapercibido). Así que ahora, mientras maneja su cochecito amarillo, canta para los pasajeros que, sorprendidos, hasta autógrafos le piden.

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