9 de marzo de 2010

Redundancias

Por alguna extraña razón, los locutores (radio) del domingo son un tanto aburridos. Supongo que porque es el último día de la semana y lo único que quieren es descansar, estar con su familia o ver el futbol con unas chelas. Pero el auditorio no tiene la culpa. Sus voces son soporíferas.

Creo que debido a esto, algunos locutores tienden a decir cosas que suenan un poco raras o que tal vez no tengan mucho sentido. Tal es el caso es que este señor, cuyo nombre no conozco, que platicaba con su compañero en la cabina y de pronto hizo el gran comentario: "No, no, eso sería como hacerme autoharakiri".

Entonces imaginé a un japonés haciéndose harikiri y pensé si este mismo japonés podría pedirle a su esposa que le hiciera harakiri, pero entonces ya no sería harakiri, sino asesinato, y el harakiri es más bien suicidio... ¡Ah! Entonces (lo que quiso decir el locutor) es como autosuicidarse. ¿Le queda claro, verdad, lector?

Esto me recordó una anécdota. Convivíamos algunos amigos y yo en casa de uno de ellos. La conversación se había desviado al ataque que los Estados Unidos sufrieron en 2001 y a las teorías de cómo habría sucedido tal cosa. Una de éstas apuntaba a que EU se habría autoatacado.

En eso estábamos cuando una persona, de quien no revelaré el nombre por motivos de lástima y pena ajena, comentó algo como esto: "Ajá, pero el asunto es ¿quién autoatacó a Estados Unidos?".

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