16 de junio de 2010

P de H


En la Ciudad de México existe una cadena de tiendas departamentales que se llama El Palacio de Hierro. Son, tal vez, los almacenes más prestigiosos que tenemos por acá, pues tienen buenas marcas y suelen ser un poco más caros que su competencia directa, Liverpool.

Y, ¿a qué viene todo esto? Pues nada, platicaba el otro día con un conocido y por alguna razón salió a colación el tema del origen de su nombre. Él, como había trabajado para el grupo empresarial que maneja la tienda, me comentó que, en sus inicios (osease cuando estaban construyendo el primer Palacio de Hierro), construyeron una estructura de metal (hierro) gigantesca (como hoy en día se hace con cualquier edificio digno) y, cuando la gente pasaba y la veía, solía exclamar: "mira, el palacio de hierro". Al rato ya hasta instrucciones daban con esa referencia.

Después, los dueños, en vez de romperse la cabeza buscando un nombre original para su negocio, decidieron robarle al pueblo la idea, y así fue como sucedió...

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