28 de junio de 2010

Premio



México se ha ido del Mundial. Al parecer la tristeza no embriagó a muchos porque el resultado no cayó de sorpresa. Ni modo, "otla vez aloz", como diría el chino. Pero vale la pena reconocer el esfuerzo del hombre detrás de la derrota, pues supo mantener una línea homogénea en el juego, seleccionar a los hombres adecuados, evitar el compadrazgo, escuchar a la afición (como alguna vez me comentó en una entrevista), vencer al orgullo y ser un líder eficiente y motivador.

Gracias, Javier, tú no tienes la culpa de nada.

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