9 de octubre de 2009

Acosadores en la ciudad

¿Sabe lo que es el bullying, querido lector? ¿Se acuerda cuando un bastardín lo molestaba todos los días en la escuela, le hacía calzón chino, le pellizcaba los pezones, le aventaba bolitas de papel ensalibadas o simplemente vaciaba su mochila en el bote de basura? ¿O tal vez era usted el pequeño bastardín? Bueno, pues esa persona es un bully, y todas las acciones descritas conforman una parte del bullying. En México se les ha llamado acosadores.

Y déjeme decirle que en el imaginario colectivo esto se asocia única (o tal vez principalmente) a las escuelas, pero la realidad es que puede haber un bully en cualquier lugar, hoy tuve la oportunidad de atestiguarlo.

Circulaba detrás de un camión de carga que en la caja trasera transportaba señores del servicio de limpia (se notaban sucios y sus ropas estaban viejas y con hoyos). En una esquina de la caja, unos 10 tipos de entre 35 y 40 años soltaban tremendas carcajadas, mientras que en la otra, justo la que daba hacia mi parabrisas, un señor de unos 45 se defendía de otros dos más jóvenes, tal vez 30, quienes le doblaban los brazos, le daban zapes y le hacían "sandwich". La cara del señor lo decía todo, ni risas nerviosas, ni lágrimas comprometedoras: resignación pura hacia la humillación.

Todo esto duró unos 10 minutos, hasta que los señores acosadores se hartaron y lo dejaron libre, no sin antes propinarle un par de puñetazos en el pecho. Todos los demás ocupantes del camión reían, excepto uno, más chaparro que lo demás, y por lo que se veía el más viejo de todos, a quien seguramente ya le había tocado su dosis matutina de guamazos.

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