19 de julio de 2010

Aquí nadie reprueba


En los últimos años se ha hablado de la mala fama que tienen los estudiantes mexicanos, que reprueban muchos de los exámenes que se hacen para medir sus capacidades, como la famosísima Prueba Enlace (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares).

Y bueno, nuestros niños son unos burros, la matemática no es para ellos, lo suyo, lo suyo, es echar el panbol en el recreo. Pero, como "mejorar la calidad de la educación es una de las prioridades fundamentales del gobierno del Presidente Felipe Calderón, y lograrlo nos corresponde a todos", se han tomado medidas muy específicas para combatir la ignorancia.

Como bien aclaró una maestra de escuela primaria a una amiga mía, la orden es muy clara: todos los niños pasan. Así es, no importa si cuando les preguntan cuánto es dos por dos responden 25 o si creen que Snoop Dog es el presidente de Estados Unidos (ni se imaginan que en México hay presidente), ellos pasan, con la mínima calificación, pero nada de tener alumnos retrasados (o sí, pero no en términos de años escolares). Pobres, hay que echarles una manita.

Ah, y por si fuera poco, el incumplimiento de este decreto (¿de quién habrá sido la idea, Elba?) supone el despido inmediato del profesor... (es que no enseña bien).

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