Para que usted lo sepa, estimado lector, en México las elecciones ya no sólo se ganan con el voto del humilde pueblo, también participa en los comicios el señor de las barbas, el que se aparece con el haz de luz, el creador, el más mero mero de los meros meros, Dios.
Esto se comprobó cuando Mario López Valdez, mejor conocido como Malova (¡qué creatividad, Dios mío!) "derrocó" al gobierno priísta en el santísimo estado de Sinaloa, ya que fue el candidato de la no tan santa, o más bien infernal, alianza entre el Partido Acción Nacional (derecha), el Partido de la Revolución Democrática (izquierda) y Convergencia (ni ellos saben su ideología política).
Y es que Malova había "invocado al Señor" en uno de sus mítines políticos, cuando dijo: "ganaré con el apoyo de la voluntad popular y la de Dios”. Y tómala perro barbón, que se lleva la gubernatura. Pero... tómala perro barbón, que las autoridades electorales del estado le ponen una multa por andar haciendo alianzas con el Máximo.
El castigo: tendrá que pagar una multa de 2 mil dólares.
La solución: que le pida a Diosito un poco más de lana, al fin que Él seguro aportó harta para la campaña.
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