28 de julio de 2010

Nunca fallan...

Tal vez le ha pasado, lector, que cuando tiene acceso a algo que cuesta, que tiene mucha demanda o que alguien recomendó mucho, sus amigos, conocidos y familiares se multiplican; gente que hace años no le hablaba ni para preguntar si sigue vivo de pronto retoma el camino de la socialización y se presenta con una voz amable y una sonrisita de falsa nostalgia. Después de un saludo forzado preguntan si les puede hacer el favor de (inserte aquí el favor requerido).

Hay personas que van al grano, pero también hay quienes le dan una vuelta interminable al asunto, técnica acuñada en México, que nadie le cuente lo contrario. Esto mismo le pasó a mi novia, que se presentará próximamente en un espectáculo musical. Me decía: "en estas fechas mucha gente me habla". Y en efecto se vuelve cotizada porque, con cuatro presentaciones al mes, nadie se quiere quedar fuera, pero tampoco quieren pagar por entrar.

Así, a sabiendas de dónde será el evento y cómo pueden acceder él, la saludan 10, 15, 20 personas, y la mayoría aplica la pregunta: "¿Sabes dónde puedo conseguir boletos?". La respuesta es, obviamente, en Ticketmaster. Ese es el primer filtro, pero por si no funciona existe un segundo intento. "¿Y sabes cuánto van a costar?". Sí, lector, ya sabemos que en Ticketmaster dice el precio del boleto, pero esta es la pregunta clave, porque de ella depende que el autoinvitado y seudoamigo obtenga o no su boletito gratis. Sin embargo, la respuesta es igual: en Ticketmaster. Como no logran conmover a la susodicha, se hace un silencio sepulcral que dura unos segundos y después, sin más, se despiden.

Ahora pasará un año, hasta que comience la nueva temporada, para que estas 10, 15, 20 personas vuelvan a saludar a mi novia. Es una situación común, sucede también cuando alguien tiene un palco en el Estadio Azteca o acaba de poner un bar, también cuando alguien ha heredado una gran suma de dinero o se saca la lotería.

Atascados y cínicos van a existir siempre. Por eso, lector, la onda es tener una buena técnica para alejarlos de nosotros. Si algún día se encuentra en esta situación, sugiero que conteste algo rápido, práctico, simple, certero: chinga a tu madre.

2 comentarios:

  1. Hay no, como les vas a decir eso.

    ResponderEliminar
  2. Pues así nomás, jaja. Aunque si eres "persona decente" podrías contestar: "Hazme el favor de ir a chingar a tu madre". Saludos.

    ResponderEliminar