9 de septiembre de 2009

Adiós a la crisis


Tengo que escribirlo, no hay de other (o de otra, para que me entienda, letrado lector). Ayer, por razones que no tengo por qué mencionar y usted no tiene por qué saber, me topé en la tele (y me quedé viendo) con el noticiario de Joaquín "ya no puedo ser más bufón" López-Dóriga, lo cual, dicho sea de paso, está terminantemente prohibido en mi programación personal (si usted ha visto este programa entederá por qué).

El caso es que estaba el señor Agustín "no puedo tener la cabeza más agachada" Carstens Carstens en entrevista con este señor (López). Estaba a punto de terminar (la entrevista). El Secretario de Hacienda hablaba de algo que preferí no escuchar. Joaquín como que estaba harto de la perorata y decidió, como es costumbre de casi todos los conductores de noticias de Televisa, interrumpirlo y, en forma agresiva, preguntarle: ¿Entonces con todo esto del paquete económico se va a acabar la crisis? Y Carstens, que a leguas se notaba intimidado, intentó como pudo safarse del embrollo, trató de articular un discurso tangencial, pero López lo interrumpió de nuevo, ahora un poco más agresivo que la primera vez: ¿Se va a acabar la crisis? ¿Puede usted comprometerse, aquí, ante miles de mexicanos?

Y Agustín, con esa carita que da ternura, no pudo más que atinar a decir: Sí.

Y yo, como me sentí indignado por lo que le hicieron decir a Agustín, mejor apagué la tele y me fui a dormir. Y soñé que México era una potencia mundial y que todos vivíamos como un ser humano debe vivir. ¿Cómo será eso?

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