4 de septiembre de 2009

¿Y qué? Si no he chocado...

Al más puro estilo de los ya famosos borrachines mexicanos, un piloto alemán decidió subirse a su Cessna y volar por los cielos en completo estado de ebriedad. Al tipo se le hizo fácil planear por los cielos después de haber consumido unas cuantas cervezas y otras tantas copas de vino. Además, para rematar, mientras estaba en el aire se preparó unos cocteles, ¿por qué no?

Cuando ya le temblaban las piernitas por ir al baño decidió aterrizar, pero, ¡oh sorpresa! No estaba la torre de control, por lo que se comunicó por radio para preguntar dónde se estaba escondiendo. Según el reporte del un periódico local de la Ciudad de México la frase exacta fue: "vamos, sé que están por ahí, dónde demonios se han escondido".

Para solucionar el problema (o sea para que este señor no se embarrara), las autoridades tuvieron que mandar un helicóptero para que lo guiara hacia la pista de aterrizaje. El piloto y su aeronave tocaron tierra sin problemas, milagrosamente.

Cuando el alemán bajó de la avioneta, tomó las llaves de su auto y se fue a su casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario