26 de julio de 2010

Sobre el fut 7

Desde hace unos meses juego en un equipo de futbol 7. Lo hago porque es mi única fuente de ejercicio y porque me divierte. Mi novia (que también le pega al panbol) dice que es bueno y que hay que hacerlo por diversión, no por competencia. Es un pensamiento noble... "considérolo" verdad.

Quienes no comparten esta forma de ver el deporte son los miembros del equipo contra el que jugamos la semana pasada. Imagine usted lector, a más de 10 albañiles que, estresados por un árduo día de trabajo, van a curar sus penas con goles, lo cual resulta en un concierto de patadas, jaloneos, insultos, gritos... Estrategia que se debe adoptar si la técnica futbolística es nula, como la de ellos, a quienes denominamos "unos troncos".

Lenguaje vulgar y de alto contenido sexual, caras de resentimiento social, falsa arrogancia y autoconfianza, eran las características de la mayoría de los miebros del equipo, pero en particular de un defensa gordito, chaparrón, morenón, finísima persona, que, al momento de disputar un balón dividido, mientras corre al lado del delantero (o sea yo) se olvida del balón y grita, a lo largo de tres metros: "puto, puto, puto, puto, puto".

Sabe qué es lo peor, lector, que logró su propósito de desconcentrarme. Él se quedó con la idea de que me intimidó; yo, lamentablemente para el equipo, no pude dejar de reír.

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