Hace no mucho tiempo acudí a la presentación de un espectáculo nuevo y original en el que un tenor de nombre Mauro Calderón y una soprano, Maribel Salazar, comparten el escenario con un reconocido y experimentado periodista e historiador, Jacobo Morett.
En este show, cuya finalidad es rescatar los valores de la patria a través de la música, los cantantes alternan con don Jacobo: ellos interpretan una pieza y después él explica los antecedentes históricos, habla de la época, aporta datos duros sobre las obras e incluye algunas anécdotas sobre los personajes que dieron vida a ciertos temas musicales.
El señor Morett tiene un particular sentido del humor que, al combinarse con anécdotas chistosas como la de Jorge Negrete cuando lo invitaron a cantar ¡Ay Jalisco, no te rajes!, es capaz de arrancar carcajadas a su público.
Resulta que, en 1941, el gran Negrete fue llamado por los hermanos Rodríguez para interpretar el papel de Salvador Pérez Gómez. En ese tiempo, Jorge radicaba en Estados Unidos, pero regresó a México para afinar detalles.
Al leer la partitura de la canción principal, homónima del título del filme y compuesta por Manuel Esperón, Jorge Negrete dijo algo parecido a: "¡esas porquerías yo no las canto!". A lo cual los hermanos Rodríguez respondieron con un contundente: "muy bien, no hay problema, pero regrésanos los 20 mil pesos de adelanto que te dimos".
Cuando escuchó estas palabras, el cantante echó otra ojeada al papel que tenía en las manos y con voz conciliadora, aunque nerviosa, dijo: "bueno, en realidad no está tan mala la canción, ¿verdad?".
Así fue como Jorge Negrete decidió protagonizar la película que lo catapultó como la máxima figura artística de América Latina en aquel tiempo.
En este show, cuya finalidad es rescatar los valores de la patria a través de la música, los cantantes alternan con don Jacobo: ellos interpretan una pieza y después él explica los antecedentes históricos, habla de la época, aporta datos duros sobre las obras e incluye algunas anécdotas sobre los personajes que dieron vida a ciertos temas musicales.
El señor Morett tiene un particular sentido del humor que, al combinarse con anécdotas chistosas como la de Jorge Negrete cuando lo invitaron a cantar ¡Ay Jalisco, no te rajes!, es capaz de arrancar carcajadas a su público.
Resulta que, en 1941, el gran Negrete fue llamado por los hermanos Rodríguez para interpretar el papel de Salvador Pérez Gómez. En ese tiempo, Jorge radicaba en Estados Unidos, pero regresó a México para afinar detalles.
Al leer la partitura de la canción principal, homónima del título del filme y compuesta por Manuel Esperón, Jorge Negrete dijo algo parecido a: "¡esas porquerías yo no las canto!". A lo cual los hermanos Rodríguez respondieron con un contundente: "muy bien, no hay problema, pero regrésanos los 20 mil pesos de adelanto que te dimos".
Cuando escuchó estas palabras, el cantante echó otra ojeada al papel que tenía en las manos y con voz conciliadora, aunque nerviosa, dijo: "bueno, en realidad no está tan mala la canción, ¿verdad?".
Así fue como Jorge Negrete decidió protagonizar la película que lo catapultó como la máxima figura artística de América Latina en aquel tiempo.
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