31 de julio de 2009

Buscando la libertad


La lluvia comenzó a caer ligera, suave, sobre el pasto de la hacienda. Era refrescante después de un día de calor pero, de pronto, los truenos retumbaron en el negro cielo y la capa de agua se hizo densa, insoportable. En el lodazal y bajo la confusión natural, Matilda y Pepe se abrieron camino a través de una cerca que, debilitada por el temporal, cayó ante sus ojos, abriéndoles paso hacia un nuevo destino.

Cuando la tormenta pasó y se hizo el conteo, los encargados parecieron titubear. Uno de ellos dio aviso a las autoridades, quienes, a su vez, dieron aviso a alguien que tenía poder de decisión. La orden: cácenlos. Matilda y Pepe vagaron durante mucho tiempo sin ser descubiertos, entrando a las propiedades ajenas, tumbando bardas, sólo para sobrevivir. Tuvieron que sacrificar a algunos animales y ganado para poder comer, pues Matilda estaba a punto de dar a luz.

Un día, cuando Pepe caminaba a orillas de un lago buscando algo de alimento, un grupo de soldados lo rodeó y le dio muerte. Matilda, incapaz de hacer algo, vio cómo una bala atravesaba el corazón de su pareja y como los militares, después de acribillarlo, se tomaban fotografías con gestos triunfales posando alrededor de su cuerpo. Fue en ese momento cuando comprendió que su vida ya tenía precio.

El tiempo pasó, Matilda dio a luz en la clandestinidad colombiana y continuó vagando junto con su crío, bautizado como Hip. Sin embargo, estar huyendo todo el tiempo cansa mucho. El grupo de asesinos ya les pisaba los talones, su muerte era casi segura. Por suerte, y poco antes de que los crueles soldados los capturaran, algún buen samaritano con conexiones se enteró de su caso y movió influencias, tal vez cobró favores, para ponerlos a salvo, aunque ello supusiera el regreso al confinamiento de la hacienda, un lugar donde pagarían con encierro el regalo de tener la vida.

Matilda, Pepe (q.e.p.d.) y Hip son (Pepe fue) tres hipopótamos. Los dos primeros propiedad del capo Pablo Escobar y estaban en cautiverio en su "Hacienda Nápoles". Cuando escaparon de aquel lugar, las autoridades ordenaron su caza inmediata, pero después de la muerte de Pepe, Matilda fue indultada y con seguridad regresará a la hacienda de donde escapó. Esta es una historia real, como lo puede usted comprobar, incrédulo lector, aquí.

2 comentarios:

  1. Muy interesante la entrada amigo cubano. No cabe duda que la estupidez humana nos va a llevar a la decadencia como raza. En vez de atacar otros problemas sociales el gobierno decide mandar a un comando armado compuesto por 15 idiotas a matar a un hipopotamo; triste y pendejo pero cierto. Se masacró a un animal cuyo délito fue tirar unas bardas, comerse a 6 vacas, echarse a la novia y cagarse en un río. ¿Costaba mucho enviar a alguien con un dardo tranquilizador y un monta carga? Quizás los imbéciles estos buscaban pasar a la historia posando en una fotografía igual que sus antecesores cuando mataron a Pablo Escobar.
    Como bien diría Einstein "Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro." Vales mil

    ResponderEliminar
  2. Iñix, concuerdo y agrego: lo peor que le pudo haber pasado a este planeta es la raza humana.

    ResponderEliminar