8 de julio de 2009

"Mostro Incorporado"


En muchas culturas del mundo se utilizan los apodos, aquellos nombrecillos muchas veces cariñosos, otras tantas burlones que hacen referencia a alguna característica de la personalidad o el físico del pobre incauto que se atraviese en la mente de algún ingenioso.

Hay apodos para todos los gustos, formas y modelos de personas; los hay también picantes, nobles y harto vulgares (de esos no habrá ejemplos porque este en un blog familiar), pero el verdadero chiste de un apodo es que exista un equilibrio perfecto entre la o las palabras que se utilicen y el motivo de burla de la persona. Así, ejemplos de apodos van y vienen, uno tranquilo: a aquel que se le pasaron los tamales y las tortas y luce una tremenda panza de embarazada, "El timbas".

También existen apodos incomprensibles, como uno que alguna vez escuché en no sé dónde: "El chicarcas". Bueno, no tengo idea de si se escribe así. Otros un poco más manchados, como el del famosísimo (en mi alma mater solamente) "El Schumacher", que hacía referencia a un compañero que estaba chuequito y utilizaba bastón, pero cuando caminaba parecía que éste era su palanca de velocidades y con él metía primera, segunda y hasta tercera, aunque al final era muuuuy lento.

Pero el mejor que he escuchado debe ser narrado. Aclaro que yo no estuve presente, pero la persona que me describió el momento lo hizo con tal elocuencia que sentí que me lo dijeron a mí. Trataré de apegarme a la realidad.

En una miscelánea (o tiendita) estaba un señor haciendo la compra, una coca, dos bolsas de papas y un pan, grande. Algo habría comentado con el tendero porque se notaban contentos. Cuando el señor tenía sus bolsas listas y estaba a punto de emprender el camino a casa, un conocido, con altos niveles de efusividad en la sangre, lo reconoció y gritó para que el vecindario se enterara:

- ¿Qué pasoooooó? ¡Ese mi "Moster Incorporeiteeeeeed"!

¿A quién se habrá parecido el tipo, Sullivan o Wazowski? De igual forma, pobre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario