29 de julio de 2009

Placer culpable


Todo empezó cuando mi abuelo me dio un suplemento, TeVe, del periódico Excélsior, y me dijo: "mira, en gustos se rompen géneros". Me dijo que leyera la columna de Héctor Suárez Gomís (si a eso se le puede llamar columna), pues hablaba de la película "Enemigos Públicos", estelarizada por Johnny Depp. Este filme narra una parte de la vida de John Dillinger, un asaltador (como diría en broma un conocido mío) de bancos, famoso décadas atrás.

Bla, bla, bla, el caso es que Gomís dice que la película es una maravilla, junto con Star Trek, Up y Harry Potter, del verano, para mí es lo más aburrido del verano. Estaba (yo) tan indignado por su comentario que le mandé un mail, diciéndole que estaba en total desacuerdo con su opinión, el cual me contestó diciendo que para él así era el asunto y que no teníamos por qué estar de acuerdo. Entonces le contesté: ¡viva la diversidad!

Esta discusión con el "pelón" hizo que me diera cuenta de dos cosas: la primera, uno puede tener la opinión que quiera de las cosas, siempre y cuando acepte que es sólo una opinión, un gusto, y no se las dé de expertazo (por algo existe este blog, y la columna de Gomís); la segunda, en el cine, por malo o barato que sea, siempre habrá un churro que nos encante.

¿Que cuál es el mío? Pues nada más y nada menos que la súper producción de 2001 estelarizada por Bárbara Mori y Arath de la Torre: "Inspiración". Güé, ¡qué buena movie! Además mexicana y con el talento (enorme, plausible) de Adriana Lavat.

Bueno... Ya sé qué estará pensando, crítico lector, pero mejor que "Enemigos Públicos" sí es.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en dos frases de esta nota: "en gustos se rompen géneros" y "viva la diversidad", es por ello que es válido disentir de la opinión de los otros, incluso rebatirla, pero, en la médida de lo posible, respetarla.

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