¿Introspección?

Me levanté temprano, encendí el televisor y disfruté el noticiario de la mañana, en el 11, por supuesto. Hice un poco de ejercicio, me bañé, desayuné, lo de siempre. El trayecto a la oficina fue distinto, pues una buena rola, muy buena de hecho, hizo equipo con un sol anaranjado que proyectaba su luz sobre el segundo piso del Periférico a la vez que el aire, frío aún, se colaba por la pequeña abertura de mi ventana. Algo refrescante, diferente para una mañana de martes.

Como llegué temprano al trabajo seguí leyendo Fruta Verde, de Enrique Serna, en el coche. Cavilo sobre la visión que tiene este autor de los homosexuales, pienso que es gay (el autor). Pero el libro está bueno, es de ésos con los que te picas. A pesar de que no tiene un gran argumento, su contemporaneidad atrae, al igual que el lenguaje desenfadado de sus líneas.

Luego llega la hora de entrar y escribir un poco, y como no supe de qué (escribir, por supuesto), decidí narrar, como cualquier otro bloguero, una parte de mi día, en este caso la mañana, que sin duda también lo es (parte) de mi vida.

Ahora pienso en lo de Cristiano Ronaldo, ¿qué habrá sentido al ver que más de 80 mil personas fueron tan sólo a verlo caminar?; también en lo del restaurante del Hilton que está cinco metros bajo el agua, increíble; en lo de un asesino serial de Estados Unidos que mató a varias personas y en lo del funeral de Michael Jackson, multicitado evento de observación mundial. También en un libro que quiero escribir...

Pero ya empiezan a llegar mails con chamba, así que dejaré la introspección para otro momento.