20 de julio de 2009

Descaro presidencial


Hace unas semanas se dio a conocer el caso de Gloria Macapagal Arroyo, presidenta de Filipinas, quien, con un descomunal derroche de inteligencia, hizo que cualquier conspiracy theory (gubernamental, por supuesto) pareciera juego de niños.

Y es que la mandataria fingió estar contagiada del virus A H1N1 y se puso en cuarentena, todo con tal de encubrir que había ingresado al hospital porque sus implantes de senos (ahora conocidos como implantes mamarios presidenciales) se rompieron y evidentemente necesitaba una intervención para reparar el daño, ni modo que una estadista de su nivel se pavoneara en las calles con las boobies rotas, ¿verdad?

Pero como todo cae por su propio peso (al igual que el silicón), la noticia se filtró a los medios, quienes no dudaron en escupirla al público lo antes posible. Así, se supo que además de lo antes referido, la señora se quitó un quiste de la ingle y, por qué no, ya que estaba por ahí, se hizo una depilación láser en la zona (sexy, umhh).

Por supuesto, otros políticos, como la senadora Loren Legarda, pensaron que si la jefa se podía ir de cuarentena ellos también, todo con tal de proteger a la población y de que la empidemia no se hiciera más grande... y de paso tomarse unas vacaciones.

A pesar de que el vocero del Estado negó todo en un principio, tras las filtraciones de información tuvo que retractarse y aceptar que la presidenta se había hecho implantes en el pasado, pero que ahora se le había practicado una biopsia para determinar si una bolita que tenía en uno de los senos era maligna.

¿Será?

No hay comentarios:

Publicar un comentario